El Instituto de Estudios Internacionales, IDEI, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, PUCP, presentó el libro “El mapa del narcotráfico en el Perú”, donde revela que en las regiones de la sierra y selva del país, caracterizadas por su extrema pobreza, el 98% de la producción de hoja de coca tiene fines ilegales, en tanto que de esta cifra, se estima que, como mínimo, el 93% va al narcotráfico y el resto al chacchado.
El reporte indica que, como resultado de este ilegal comercio, el 70 por ciento del valor bruto de producción agraria de Ayacucho proviene de las arcas del narcotráfico.
No obstante esta zona, a la que pertenece al valle de los ríos Apurímac y Ene, VRAE, no es la única que registra este panorama.
Así, en Huánuco, tras el descenso de cultivos de hoja de coca desde 1992, que tuvo su punto más bajo en el 2000, el incremento ha sido sostenido hasta el 2008. En esta zona, de las 17.976 hectáreas de dicho cultivo, solo 262 se usan para cosechas legales.
Es decir, el 98,5 por ciento de la hoja de coca en esta región tiene un destino ilegal. Esto también se ve reflejado en su PBI agrario, al que esta actividad aporta el 47 por ciento.
El reporte de investigación refiere que el caso de Cusco es también crítico, pues es la región que cuenta con la mayor cantidad de hectáreas de hoja de coca no lícitas en el país.
Por ende, su producción también es alta e igualmente ilegal: cerca del 70 por ciento de esta va al narcotráfico y constituye el 28 por ciento del PBI agrario de la región.
“El mapa del narcotráfico en el Perú”
Al respecto, el director de este instituto, Fabian Novak, indicó que el narcotráfico es actualmente la mayor amenaza a la seguridad de nuestro país.
Novak resaltó el caso exitoso de San Martín, departamento que redujo en 15 años sus hectáreas de hoja de coca al 1,6%.
“Estudiando los pasos seguidos en esta región se pudo determinar tres pilares para una estrategia eficaz: ejecutar programas de desarrollo alternativo, como las plantaciones de palmito; realizar labores de interdicción como la eliminación de pozas de maceración y el control de insumos químicos; y, por último, llevar adelante una política eficaz y sostenida de erradicación de los cultivos ilícitos”, resaltó.
Novak estuvo acompañado en la mesa de presentación del libro por Rómulo Pizarro, presidente ejecutivo de DEVIDA, Alejandro Vassilaqui, director ejecutivo de CEDROy Juan Paredes Castro, editor central de Política del diario El Comercio.
Reducción de cooperación internacional
Por su parte el jefe de DEVIDA, señaló que la cooperación que sustenta económicamente la lucha contra el narcotráfico se ha visto afectada en los últimos años. En el estudio de la PUCP se señala que del 2007 al 2009, se ha reducido el apoyo internacional en un 37%. “Este ingreso es de aproximadamente US$70 millones”, detalló.
Los índices bajos de resultados y la crisis económica serían las causas de este descenso.
Sin embargo, el aporte del Estado tampoco se ha incrementado. Según Pizarro, sería de US$ 80 millones. “Necesitamos hacer nuestro mayor esfuerzo para aumentar esta cifra”, dijo.
FInalmente y a su turno, Vassilaqui se refirió, además, a las labores de prevención, ya que el consumo de la cocaína continúa en aumento.
“Son 61.344 consumidores de esta droga. En Huánuco ha aumentado el consumo en escolares en 134%”, señaló. “Nuestros niños son parte de la cadena productiva de la coca. Hay que empezar a interesarnos por ellos”, agregó.
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