Akmal Shaikh, ciudadano británico condenado a muerte en 2008 por los tribunales chinos tras ser detenido en posesión de 4 kilos de heroína, fue ejecutado ayer en la ciudad china de Urumqi, informó la ONG Reprieve en un comunicado confirmado por el gobierno británico.
Por el momento, no hay información sobre el método de ejecución empleado, aunque en China el más utilizado es el disparo en la nuca, con una creciente implantación de la inyección letal.
Cabe precisar que los familiares del hombre, el gobierno británico, la ONG Reprieve y la ONU habían pedido a China indulgencia, argumentando que Shaikh tenía un trastorno bipolar, pero la Justicia china defendió que las pruebas médicas no habían mostrado ningún problema psicológico.
Las autoridades chinas no han confirmado el hecho, pero sí lo hizo el gobierno del Reino Unido, que en un comunicado de su Ministerio de Asuntos Exteriores lo condenó «en los términos más enérgicos» y en nombre del primer ministro Gordon Brown.
Shaik, de religión musulmana, casado y con tres hijos, fue detenido en 2007 en posesión de la droga en el aeropuerto de Urumqi, al que llegó procedente de la ciudad de Dushanbe, capital de Tayikistán.
Un año después fue condenado a muerte, ya que la ley china contempla la pena capital para todo aquel que sea detenido con más de 50 gramos de estupefacientes.