Un estudio publicado por Unodc y Devida señala que, según la IV Encuesta Nacional del Consumo de Drogas en Población General, la edad de inicio del consumo de pasta básica de cocaína en los últimos tres años fue a los 13 años. En 2006 el inicio del consumo oscilaba entre los 14 y 15 años.
A pesar de lo alarmante de esta información y del reporte de algunos casos de consumo de crack en el país, Flavio Mirella, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), afirmó que el problema del consumo de esta droga están en “relativa estabilidad”.
Mirella formuló tales declaraciones en la presentación del libro «Pasta básica de cocaína, cuatro décadas de historia, actualidad y desafíos», presentado esta mañana por Unodc y la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).
El informe da cuenta que cerca del 60% de consumidores de PBC muestran signos de dependencia.
Con relación al tema se precisó que el consumo de la droga es más alto en la selva (1.4%) que en Lima Metropolitana (0.8%), al igual que el referido a la marihuana: 1.4% en la selva y 0.7% en Lima, respectivamente.
Se estima que más de 106 mil personas (94 mil son hombres y 12 mil mujeres), demandan algún tipo de tratamiento y orientación especializada en el sistema de salud por el consumo de alguna droga ilícita.
El libro revela que a lo largo de los años, el consumo de la PBC ha dejado de estar segmentado en la población de los estratos medio y bajo. En las dos últimas décadas se observan consumidores y pacientes dependientes de esta droga con alto poder adquisitivo.
Los indicadores de uso de sustancias ilícitas en Perú muestran que la pasta básica de cocaína está disponible, es de fácil acceso, a costos muy asequibles, con riesgo de incremento en la tendencia de consumo.
La PBC genera una de las formas más graves de dependencia, presenta un cuadro clínico singular, que en poco tiempo de consumo (pocas semanas) establece una dependencia severa difícil de tratar clínicamente. La dependencia debe ser considerada como un problema de salud multifactorial, que por lo general recae en un problema de salud crónico. Sin embargo, esta puede y debe ser tratada.
En América Latina, en países de la zona sur, la presencia de su consumo también nos alerta sobre las consecuencias sociales y de salud pública en la región. En estas cuatro décadas se publicaron investigaciones y metodologías científicas para abordar el tratamiento de su dependencia, así como información de diversa índole que en algunos casos han contribuido a un mejor entendimiento del fenómeno de consumo.
Todavía hay sectores de la sociedad que no reconocen la dependencia como un problema de salud y muchas personas afectadas sufren por ser estigmatizadas y no contar con acceso a tratamiento y rehabilitación.
El propósito de este libro es contribuir al conocimiento histórico, gravedad, clínica, situación actual y perspectivas de un ámbito particular del escenario general de las drogas cocaínicas.
El estudio presentado hoy por Devida y Unodc está organizado en once capítulos que recopila los principales estudios epidemiológicos llevados a cabo en el Perú sobre el consumo de PBC, desde 1978 hasta 2012; tipos de drogas cocaínicas (características de los cigarrillos, envoltorio y combinaciones más frecuentes, ritual del consumo, modalidades y vías de consumo).
Otro de los puntos que aborda es el análisis del consumo de PBC en poblaciones especiales, principalmente el sector femenino y su especificidad. También examina tangencialmente el tema de niños que fuman PBC, y dependientes de los estratos socioculturales medio y alto.
El estudio refleja la articulación entre Estado, sociedad civil y cooperación internacional, fórmula indispensable para el descubrimiento, en equipo, de rutas más eficientes y eficaces frente al problema del uso de drogas cocaínicas como la PBC.