Una extraordinaria operación policial permitió capturar en el Alto Huallaga a más de 40 narcotraficantes, cocaleros ilegales y terroristas la noche del viernes 26 y la madrugada del sábado 27. La operación tiene muchos meses en marcha y ha permitido a la policía antidrogas (Dirandro) acumular evidencias que muestran de manera irrefutable la vinculación de varios de los cabecillas de los cocaleros con el líder terrorista “Artemio” y las firmas del narcotráfico de la zona.
El video que muestra a “Artemio” conversando y dando instrucciones a los dirigentes cocaleros Miguel Martínez Rivera, Rosa Obregón y otros, es producto de un trabajo de filigrana de la Policía.
Para obtenerlo tuvieron que captar a unos de los miembros de ese grupo, persuadirlo para que se atreviera a llevar una cámara oculta y entrenarlo para que la usara adecuadamente. Y por último, poner a buen recaudo, a él y sus familiares, porque “Artemio” es un criminal sanguinario, que ha mandado asesinar a decenas de pobladores en los últimos años, acusándolos de soplones.
El año pasado mandó matar a una campesina con ocho meses de embarazo.
Con ese asesino despiadado conversaban alegremente varios dirigentes cocaleros. Uno de ellos le llevaba información y documentación sobre un presunto informante, a sabiendas que “Artemio” ordenaría asesinarlo.
Por supuesto, el que filmó el video sabía el riesgo que estaba corriendo. Si “Artemio” lo descubría, lo torturaría y asesinaría.
Las críticas a la Policía en el sentido que si filmaron al cabecilla terrorista tenían que capturarlo, son injustas. A los asistentes a la reunión no les dicen adónde van, los llevan por lugares de difícil acceso y se aseguran que no los sigan.
La Policía Nacional carece de la tecnología y los recursos que permitieron a las fuerzas de seguridad colombianas abatir al “Mono Jojoy” en Colombia y “Raúl Reyes” en Ecuador.
Pruebas abrumadoras
El valor probatorio del video es demoledor, teniendo en cuenta que los cocaleros ilegales y narcotraficantes tienen poder político y mediático. De hecho, cuando se efectuaron las detenciones, aparecieron varios políticos y defensores de esa gente denunciando la “criminalización de la protesta”, la “persecución política de los dirigentes sociales”, y otros subterfugios destinados a victimizar a narcotraficantes, terroristas y sus socios.
Naturalmente, no puede esperarse que todos los detenidos estén filmados. Pero la Policía ha acumulado una cantidad impresionante de evidencias que incluye, además de videos, cientos de conversaciones telefónicas interceptadas con autorización judicial, documentos, declaraciones de testigos, etc.
Las pruebas no dejan lugar a dudas. Los dirigentes cocaleros ilegales son parte de la cadena del narcotráfico en la zona y algunos de ellos participan directamente en la elaboración, acopio y transporte de la droga, y el tráfico de insumos químicos.
Además, coordinan y trabajan con “Artemio” y su banda de sicarios del narcotráfico, que los protege, respalda y ayuda en sus ataques a los erradicadores de la coca ilegal, a los programas de desarrollo alternativo y a las fuerzas del orden.
Narcotráfico y política
Entre los detenidos está Iburcio Morales, dirigente cocalero y alcalde del distrito de Monzón. El valle del Monzón es una zona liberada del narcotráfico. También Vidal González, alcalde de Nuevo Progreso y Alan Valdivia, alcalde electo del distrito de Daniel Alomía Robles.
Ellos pertenecen al Frente Amplio Regional (FAR), al Apra y Acción Popular. Es decir, se cuelan en diversas organizaciones políticas.
El FAR es el grupo del actual presidente regional de Huánuco, Jorge Espinoza Egoavil, que presentó una lista al gobierno regional encabezada por su hija, Ena Espinoza Cañoli. El candidato a la vice presidencia en esa lista era el dirigente cocalero Miguel Martínez, uno de los filmados in fraganti departiendo con “Artemio”.
Según algunas versiones, el gobierno regional desarrollaba un proyecto agrícola en la zona de Huiracocha, controlada por “Artemio” y parte de los fondos se escurrían a la bolsa del terrorista. Al parecer, esa modalidad también es usada por otros gobiernos locales para abastecer a “Artemio”.
En Lima, un grupo de parlamentarios humalistas encabezado por Nancy Obregón trató de ridiculizar la operación Eclipse comparándola con los “pishtacos” de Octavio Salazar. Y la Obregón irrumpió en la sede de la Dirandro para interceder por los detenidos. Una muestra más de la crecente influencia del narcotráfico en la política.
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