(Europa Press) El endosulfán y los compuestos de tributil estaño, dos plaguicidas ampliamente utilizados en todo el mundo, pueden engrosar próximamente la lista de vigilancia que trata de proteger la salud y el Medio Ambiente de los productos químicos peligrosos, establecida bajo el Convenio de Rotterdam sobre Consentimiento Fundamentado Previo (CFP). El endosulfán es un pesticida utilizado principalmente en los cultivos de algodón mientras que el tributil estaño (TBT) se usa en las pinturas antialgas de los cascos de los barcos. La decisión final sobre ambos pesticidas se tomará el próximo año, con motivo de la reunión bienal del Convenio de Rotterdam. La lista del CFP se compone actualmente de 22 plaguicidas peligrosos –entre los que se encuentran el óxido de etileno, el heptacloro, el hexaclorobenceno o los compuestos de mercurio, entre otros– y 11 productos químicos de uso industrial como cinco clases de amianto o el fosfato.
La FAO y el PNUMA comparten la Secretaría del Convenio de Rotterdam. Según este Convenio, las exportaciones de productos químicos y de plaguicidas incluidos en la lista requieren el Consentimiento Fundamentado Previo del país importador. Esto facilita a los países en desarrollo decidir sobre los productos químicos peligrosos que desean recibir y excluir los que no pueden distribuir de forma segura. Los países exportadores tienen la responsabilidad de asegurar que ninguna exportación abandone el territorio cuando el país importador no acepta el producto químico en propuesto. En la actualidad existen 70.000 productos químicos diferentes en el mercado y anualmente se introducen 1.500 más. Este hecho plantea un reto importante a los responsables de controlar estas sustancias potencialmente peligrosas. En los últimos años, numerosos plaguicidas que han sido prohibidos o restringidos en los países industrializados siguen comercializándose y utilizándose en algunos países en desarrollo.