En un artículo publicado en la revista ‘Physics of Fluids’, los investigadores de la Universidad de Nicosia (Chipre), Talib Dbouk y Dimitris Drikakis, descubrieron que incluso con una ligera brisa de 4 k/ph, la saliva viaja casi cinco metros y medio en cinco segundos.
«La nube de gotas afectará tanto a adultos como a niños de diferentes alturas. Los adultos y niños más bajos podrían estar en mayor riesgo si se encuentran dentro de la trayectoria de las gotas de saliva que viajan», advirtió Drikakis.
La saliva es un fluido complejo y viaja suspendido en una gran cantidad de aire circundante liberado por la tos. Muchos factores afectan la forma en que viajan las gotas de saliva, incluido el tamaño y la cantidad de gotas, cómo interactúan entre sí y con el aire circundante a medida que se dispersan y se evaporan, cómo se transfieren el calor y la masa, y la humedad y la temperatura del aire circundante.
Se necesitan más estudios para determinar el efecto de la temperatura de la superficie del suelo sobre el comportamiento de la saliva en el aire y para examinar los ambientes interiores, donde el aire acondicionado afecta significativamente el movimiento de partículas a través del aire.
«Este trabajo es vital, ya que se refiere a pautas de distancia de salud y seguridad, avanza la comprensión de la propagación y transmisión de enfermedades transmitidas por el aire y ayuda a formar medidas de precaución basadas en resultados científicos», asegura Drikakis.
Si desea leer la nota completa de Ecoticias.com haga click aquí.