La nueva administración de la empresa minera Doe Run Perú intenta revertir el daño ambiental en La Oroya y, a diferencia de gestiones anteriores, se ha trazado el objetivo de cambiar la imagen de dicha ciudad de Junín en un espacio donde el trabajo de la industria respete el medioambiente.
“Mediante la resolución 251 de 2012, el Ministerio de Energía y Minas nos autoriza la continuidad del circuito de zinc y plomo en cumplimiento del Estándar de Calidad Ambiental (Eca), es decir, producimos metales como el cobre, plomo, zinc, plata, bismuto, entre otros, con los adecuados niveles permisibles de gases, sin contaminar el aire”, indicó Antonio Jiménez Herrera, jefe de Asuntos Ambientales de La Oroya a INFOREGIÓN.
Según el trabajador, la refinería cuenta con un área de monitoreo para un mayor control de las emisiones de gases. “Ahora existe una emisión menor de 100 microgramos por metro cúbico en material particulado y menos de 25 microgramos por metro cúbico en plomo. Es decir, cumplimos con los estándares. No tengan miedo de venir a La Oroya”, precisó Jiménez Herrera.
Por su parte, Mercedes Roxana Mansilla Baldeón, representante del Movimiento Ecologista de La Oroya (Melo), indicó que la refinería cuenta con una moderna planta de tratamiento de aguas residuales que, luego de un procedimiento de limpieza, permite arrojar miles de litros de agua transparente y libre de residuos en el río Mantaro.
De acuerdo a Augusto Jiménez, la empresa ha establecido una ayuda continua a los pobladores mediante la reforestación de áreas abandonadas y la ayuda en la ganadería y la agricultura mediante un convenio con Sierra Exportadora.