Dirigente Eduardo Ticerán lanza su candidatura presidencial en plena huelga cocalera

El líder de la huelga cocalera del Monzón, Eduardo Ticerán, quien preside además la Central Nacional Agropecuaria Cocalera del Perú, CENACOP, lanzó su candidatura presidencial para los comicios del año 2011, en momentos que se lleva cabo una huelga indefinida de cocaleros del Alto Huallaga, exigiendo la paralización de los trabajos de erradicación de la coca que se produce en el valle.

El lanzamiento, efectuado anoche en reunión con dirigentes cocaleros en la Plaza de Armas de Tingo María, evidencia que el dirigente del Valle del Monzón estaría utilizando esta medida de protesta como trampolín para una eventual candidatura presidencial en los comicios del año 2011.  «(La reivindicación de la hoja de coca) nunca la vamos a lograr hasta tener un presidente cocalero, a ustedes que me acompañan, juro que vamos a cambiar estructuralmente las bases de nuestra patria»  precisó.

Cabe recordar que no es la primera vez que Eduardo Ticerán manifiesta esta intención.  El año pasado, había comentado en una entrevista con EFE, publicada en el portal Terra, su deseo de convertirse en un émulo de Morales Ayma en el Perú.

«Evo Morales es mi amigo, así como él salió de los valles del Chapare, yo saldré del Monzón. Sé que vamos a llegar a la Presidencia’, aseveró en ese momento.

“Ojalá compañeros que en la próxima batalla electoral estemos unidos como ahora, sin ideologías ajenas a la nuestra. Tiene que despertar el pueblo peruano y hacer una transformación grande. Entonces hermanos les pido que me acompañen en esta gran transformación de nuestra patria, a cambiar estructuralmente las bases de nuestra patria, empecemos por esta nación de los Yarowilcas, de los Tulumayos, de los Panatahuas, de los Carapachos, nacionalidades íntegras que estamos acá, el 90% de nosotros somos migrantes andinos”, arengó el principal dirigente del Monzón.

Minutos antes, Ticerán había elogiado en su discurso al gobierno del presidente de Bolivia, Evo Morales. «Si tuvieramos un gobierno tipo Evo Morales, estaríamos pidiendo a la comunidad internacional certificado (de país productor de hoja de coca). A ver si (así) los países industrializados bajan su consumo de droga y estaríamos en igualdad de condiciones de negociar», señaló en medio de la masa de cocaleros reunidos en la plaza tingalesa.

Contradicciones de Ticerán

En el discurso pronunciado por Eduardo Ticerán en Tingo María, el cocalero negó, en un primer momento, que la motivación de su presencia preponderante en el paro cocalero sea personal o política; no obstante, minutos después lo aceptó.

«(dicen que) ese Ticerán está buscando fines políticos. Sí pues compañeros, fines políticos, para qué?, para defender a mi pueblo», admitió ante la concurrencia.

Incluso, al estilo del dirigente nativo Alberto Pizango, advirtió que de no prosperar el diálogo que se llevará a cabo hoy en Lima, podrían tomarse medidas de fuerza como un levantamiento de la población.

«Un levantamiento está contemplado en la Constitución. Podemos levantarnos, compañeros, sí, pero para esto vamos a agotar todas las medidas.  Fiel a la tradición de lucha del Monzón, vamos a ir al diálogo el día de mañana (hoy), precisó.

Divergencias entre gremios otra vez

Las divergencias entre las dirigencias cocaleras se volvieron a hacer sentir en las palabras de Ticerán Salazar cuando pidió explícitamente que en la cita de hoy con miembros de la PCM no participe ningún dirigente que haya suscrito el Decreto Supremo 044 – 2003 – PCM, que dispuso la erradicación gradual y concertada de la hoja de coca.

«Lógicamente, hay discrepancias con nuestros compañeros de la CONPACCP, pero acá tiene que haber poder de negociación. Acá (en la reunión) se va a ver qué dirigente tiene cojones para negociar, y pido a mis hermanos que en esta comisión no vaya ningún dirigente que avaló el Decreto Supremo 044», invocó Ticerán al referirse al dispositivo que precisamente marcó el inicio del proceso de divorcio entre las organizaciones cocaleras, dado que unos lo aceptaron y otros, como los del Monzón, lo rechazaron.

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