Un escándalo se ha desatado en la Policía Nacional del Perú. Una intervención de inteligencia detuvo a diez policías que, según las investigaciones especializadas, estaban implicados en la sustracción sistemática de combustible asignada para los vehículos de patrullaje de carreteras y la propia ciudad.
En dicho operativo participaron distintas unidades policiales dirigidas desde Lima. Asimismo, se supo que los agentes fueron seguidos durante 25 días, ya que se sospechaba de sus actividades ilícitas.
Además, la información que se manejaba era que existía un irregular abastecimiento de combustible a las unidades de patrullaje de carreteras y otras de la comisaría de esa ciudad. De acuerdo a estas informaciones, las unidades tenían asignados ocho galones diarios, sin embargo, sólo se les dotaba de tres. Se hizo público que los efectivos tenían como cómplices de esta irregularidad a los representantes del grifo abastecedor, los cuales normalmente facturaban los 8 galones diarios.
De esta forma, se intervino de forma directa a 5 conductores de la Policía de Carreteras, 4 conductores de la comisaría y la propia administradora del grifo, quien fue identificada como Hellen Díaz Ramírez, así como uno de los agentes involucrados como suboficial de primera PNP Carlos Ramos Caballero.
Finalmente, se supo que en las investigaciones y las detenciones también están comprendidos el comandante PNP César Leopoldo Villanueva Calderón, comisario de Tocache y el mayor PNP José Antonio Cardoza Saldaña, jefe del Departamento de Protección de Carreteras de esa jurisdicción. Para la intervención llegó hasta Tocache el fiscal Misael Alvarado Remigio, quien dirige las investigaciones para las acciones penales correspondientes.
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