El día mundial del reciclaje se conmemora cada año el 17 de mayo. En esta fecha se realizan una serie de actividades y campañas educativas y comunicacionales para posicionar el tema en la agenda pública. Estas iniciativas llegan a tener buenos niveles de recordación sin embargo, en la práctica, muy pocas personas participan de programas de segregación y reciclaje.
Es necesario aclarar primero qué significa reciclar. El reciclaje supone el reaprovechamiento de algún material que, luego de un tratamiento industrial, retorna al sistema de producción como materia prima. Por ejemplo, las botellas de plástico, son transformadas en hilos de PET empleados en la confección de textiles como el polar. Comúnmente se conoce como reciclaje a todas las prácticas vinculadas al proceso de segregación, recolección y reutilización de residuos. Poner todos los conceptos bajo una sola palabra ha permitido difundir con mayor facilidad el tema con la finalidad de estimular las prácticas adecuadas con el ambiente y la correcta disposición de residuos.
Hace algunos años, el Estado peruano viene emprendiendo acciones que buscan implementar la gestión adecuada de residuos sólidos y acciones de eco eficiencia. El trabajo más loable en la materia está vinculado al desarrollo del Programa de Modernización Municipal, emprendido por el MEF y el MINAM, donde se ha establecido como una de las metas, la implementación de Programas de Segregación en la Fuente en todos los distritos a nivel nacional. Eso quiere decir que ahora las Municipalidades tienen un incentivo económico para fomentar entre sus vecinos la separación de sus residuos sólidos y su posterior tratamiento y disposición final. Ello ha motivado a que en el año 2011 más de 144 municipalidades a nivel nacional implementen este tipo de iniciativas.
Así mismo, a nivel privado, son varias las empresas y organizaciones que han apostado por incorporar la segregación entre sus políticas de Responsabilidad Social. La PUCP es un ejemplo de ello pues cuenta hace algunos años con un Plan de Segregación mediante el cual se recuperan principalmente el papel, el plástico y el vidrio usado en el campus. Estos residuos son entregados a empresas especializadas beneficiando a niños en situaciones de riesgo con becas educativas mediante un convenio con Fundades. Esta práctica le ha valido a la Universidad un reconocimiento por su participación activa y constante en la campaña «Recíclame, cumple tu papel».
Si bien este tipo de iniciativas empiezan a tener relevancia y valor en el medio, aún hay muchas tareas pendientes vinculadas al reciclaje que deben ser abordadas como retos en todos los espacios en los que nos desarrollamos. Es necesario abrir nuestras mentes a formas alternativas de vivir; consumiendo menos, reutilizando lo que tenemos y disponiendo adecuadamente de aquello que desechamos. Finalmente, es momento de impulsar la demanda y abrir el mercado a aquellas cosas que son producto del reciclaje.
Fuente: Clima de Cambios de la PUCP
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