Este miércoles 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales con el propósito de sensibilizar a las personas sobre el valor de los ecosistemas de humedales, así como de concientizar sobre los beneficios que nos ofrecen y la necesidad de promover su conservación y restauración.
Lamentablemente, desde el siglo XVIII casi el 90% de los humedales se han degradado y debido a sus características naturales la velocidad de pérdida de estos es tres veces mayor a la de los bosques. Por ello, con el fin de contribuir a la conservación de estos ecosistemas irremplazables, en 1971 se realizó la Convención de Ramsar, un tratado intergubernamental para fijar acciones nacionales y cooperación internacional en pro de los humedales a través del uso racional de sus recursos.
La razón por la que los humedales, superficies cubiertas de agua, son de vital importancia para la humanidad es debido a que, además de contribuir con la mitigación y adaptación del cambio climático, nos brindan una amplia biodiversidad que nos permite garantizar suministros de agua dulce y alimentos, así como mejorar nuestra calidad de vida a través de diferentes actividades económicas.
Acciones en el Perú
Nuestro país cuenta con un gran número de humedales, tanto en las vertientes de los océanos Pacífico y Atlántico como en la del lago Titicaca y la llanura amazónica. Además, se cuenta con un aproximado de 8 millones de hectáreas, de las cuales 12 200 son lagos y lagunas en los Andes.
Por ello, en nuestro país, el 30 de marzo de 1992, entró en vigor la Convención Ramsar. Gracias a esta medida, actualmente contamos con 14 sitios designados como Humedales de Importancia Internacional o sitios Ramsar, los cuales albergan una superficie de 6 789 685 hectáreas en las que se pueden aplicar acciones nacionales e internacionales para su conservación.
En ese sentido, diez de estos sitios Ramsar se encuentran en nueve Áreas Naturales Protegidas (ANP) por el Estado: la Reserva Nacional de Paracas, el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, el Refugio de Vida Silvestre Los Pantanos de Villa y el Santuario Nacional Lagunas de Mejía. Así como la Reserva Nacional del Titicaca, la Reserva Nacional de Junín, la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, la Reserva Nacional Pacaya Samiria y el Santuario Nacional Tabaconas Namballe.
Por otro lado, en el 2013 bajo Decreto Supremo N° 005-2013-PCM se creó el “Comité Nacional de Humedales” con el objetivo de articular acciones de coordinación sobre aspectos relacionados a los humedales y la convención Ramsar, monitorear la aplicación de la Estrategia Nacional para la Conservación de Humedales en el Perú y su Plan de Acción. Así como cumplir otras funciones orientadas a la conservación de los humedales.
Peligros que amenazan los humedales costeros
La investigadora del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Alejandra Martínez, dijo en columna de opinión «Humedales costeros: Ecosistemas en peligro» que a pesar de las diversas políticas a favor de estos ecosistemas en nuestro país, los humedales costeros son los que corren más peligros debido al desarrollo de actividades como la extracción indiscriminada de sus recursos, la agricultura y la ganadería, así como por el crecimiento urbano sin planificación técnica de ocupación del territorio que termina por degradar estos ecosistemas.
El motivo por el cual la lucha contra estos peligros se ve obstaculizada, explica Martínez, se debe a la falta de información y monitoreo que permita hacer un seguimiento cercano de la situación de los humedales costeros. Pues a pesar de su importancia y cercanía con las ciudades, es muy poco lo que se conoce de ellos desde el punto de vista geofísico, biológico, socioeconómico y cultural.
Si bien en el país se desarrollan avances para el fortalecimiento de la institucionalidad que permita proteger estos ecosistemas, para hacer efectivas estas medidas es necesario el compromiso conjunto de autoridades regionales y locales, instituciones técnico científicas y universidades, pero también de colectivos sociales como asociaciones de pescadores y extractores, que permitan un camino hacia la gobernanza ambiental de los humedales costeros, consideró Martínez.