Hoy, como cada 3 de marzo desde el 2013, se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre. Este día, proclamado por la Asamblea General de la ONU, no solo celebra la belleza y la variedad de flora y fauna silvestre en el mundo, sino que también tiene el objetivo de concientizar sobre su valor y lo necesario que es su conservación para el bienestar humano y del planeta.
El Perú es uno de los países con mayor diversidad de ecosistemas en el mundo. Dentro de nuestro territorio hay 84 zonas de vida de las 117 que se reconocen en el mundo. Por lo tanto, comprende una gran diversidad vegetal que se encuentra en los bosques amazónicos que comprenden un aproximado de 70 millones de hectáreas; así como en los herbazales altoandinos, con 19 millones de hectáreas; y en los matorrales andinos, con 9 millones de hectáreas.
Los estudios señalan, además, que el Perú comprende una gran variedad de animales silvestres que habitan en nuestro territorio. Esta biodiversidad está divididas en unas 1849 especies de aves, 580 tipos de anfibios, 508 de mamíferos y 452 de reptiles. De todas ellas, unas 760 son especies de fauna endémica, es decir que sólo habitan en nuestro país.
Sin embargo, según la última actualización de la lista de especies de fauna en riesgo, 535 de estas se encuentran en categorías de amenaza, de los cuales 389 se ubican en la categoría más alta de amenazas debido a las malas prácticas que realiza el ser humano.
Al respecto, el director general de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente, José Álvarez Alonso, mencionó a INFOREGIÓN que perder esta diversidad de flora y fauna silvestre en nuestro país traería consecuencias como la degradación de los ecosistemas y los beneficios que nos proporciona.
“Una de las consecuencias, primero, es que la gente pierde medios de vida. Por ejemplo la deforestación destruye los medios de vida de las comunidades indígenas. Es muy conocido que la degradación de los ecosistemas alto andinos provoca estrés hídrico para las comunidades […] entonces los medios de vida se destruyen, pero también se reduce la resiliencia frente al cambio climático y los desastres naturales. Pensemos por ejemplo, en esos extremos climáticos que no solo afectan a las comunidades sino también a todo el Perú, como el Niño costero”, sostuvo.
Actividades que atentan contra la biodiversidad
El Perú también es reconocido a nivel mundial como uno de los 17 países más importantes por su megadiversidad de especies en flora y fauna, pero por esta misma razón, también es uno de los países más propensos a sufrir pérdidas en este campo. Esto se debe, en gran medida, a las actividades humanas que atentan directamente contra estas especies silvestres.
Entre los factores que ponen en riesgo la vida silvestre en el Perú están la deforestación o tala descontrolada, la expansión de fronteras agrícolas, la contaminación y la destrucción de hábitats naturales por el tráfico ilícito de drogas. A ello se añade la caza furtiva, la sobrepesca, la minería ilegal y la sobrepoblación que fracciona el hábitat natural de las especies de flora y fauna silvestres.
En ese sentido, Álvarez señaló a INFOREGIÓN que tenemos una responsabilidad como ciudadanos a no contribuir con esa destrucción ambiental comprando productos ilícitos y más bien denunciar esas acciones cuando seamos testigos de este tipo de actividades ilegales que afectan nuestra flora y fauna. Otra medida, también es aportar a la conservación ambiental desde nuestro estilo de vida y elecciones de consumo, con los cuales creamos incentivos de practicas sostenibles que permiten contribuir a conservar la biodiversidad.
Acciones a favor de la vida silvestre desde la ciudadanía
Desde el Estado y diferentes organizaciones sin fines de lucro se trabajan en acciones para combatir el tráfico de flora y fauna, así como para neutralizar las malas prácticas que atentan contra la vida silvestre. Sin embargo, muchas veces las medidas, si bien recaen en la responsabilidad del Estado, no son suficientes. Ante ello, uno de los factores indispensables que pueden ayudar a evitar y combatir estas pérdidas es la participación ciudadana.
Según menciona el biólogo, con los hábitos de consumo de la ciudadanía se pueden crear incentivos positivos para conservar la diversidad biológica o, por el contrario, crear incentivos negativos. “Si nosotros, por ejemplo, consumimos carne de vacuno que viene de bosques talados ilegalmente en la Amazonía, estamos promoviendo deforestación amazónica y poniendo en riesgo a muchísimas especies. Sin embargo, si consumimos productos que vienen de la Amazonía manejados por comunidades en áreas protegidas o comunidades indígenas que manejan sus bosques, ahí estamos creando un incentivo positivo porque estamos dando medios de vida a gente que, de otro modo, a lo mejor tendría que dedicarse al tráfico de vida silvestre para ganarse la vida”, precisó.
La vida silvestre contribuye al bienestar humano en diferentes formas, desde el ámbito económico, de salud y ambiental, hasta el científico y cultural. Es por ello que, en la conmemoración de este día debemos de ser conscientes del valor de la flora y fauna que tenemos. No olvidemos nuestras prácticas de conservación y el rol que cada uno de nosotros puede contribuir con su protección no solo para tener una buena calidad de vida en el presente, sino también para lograr un desarrollo sostenible que permitan que las generaciones futuras gocen de las mismas oportunidades. La preservación de la vida silvestre es una tarea de todos.