Día Mundial de la Prevención del Suicidio: Presentan campaña ‘Abrazos que sanan’

El impacto del Covid-19 en la salud mental de los niños y adolescentes es preocupante. El aislamiento, miedo al contagio y familiares fallecidos, ocasiona estrés, sufrimiento, depresión, hasta intento de suicidio. Con el propósito de llamar la atención de la población ante este problema de salud mental, el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) realizará diversas actividades en el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se conmemora hoy 10 de setiembre, “Abrazos que sanan” es una activación que tiene como finalidad fortalecer el estado emocional de las personas y motivar a los trabajadores de la salud.

Según el Módulo de Atención al Maltrato Infantil en Salud (Mamis) del INSN, en los últimos meses se ha presentado de dos a tres casos de intento de suicidio en niños y adolescentes que han sido atendidos en este nosocomio. Aunque el suicidio afecta a toda la población, los jóvenes son los más afectados, refiere la OMS, agregando que es la segunda causa de defunción entre los jóvenes de 15 a 29 años; entre ellos se encuentra los adolescentes que forman parte de los grupos más afectados y necesitados de apoyo.

Según Hilda Serpa, jefa del Departamento de Salud Mental del INSN, “el motivo principal de intento de suicidio es por problemas con los padres y problemas de salud mental, el mayor porcentaje se registra en mujeres, el medio utilizado con mayor frecuencia es la ingesta de pastillas”. Agregó que es alarmante que el intento de suicidio se presente cada vez más en niños de menor edad, informó el INSN a INFOREGIÓN.

En el contexto del Covid-19, en que la mayor parte de familias está sufriendo problemas de salud mental por los cambios propios de las medidas sanitarias, “los chicos han perdido contacto con los amigos, familiares, actividades, deporte, relaciones con otros seres queridos que estaban acostumbrados a encontrarse con relativa frecuencia; perdida de familiar cercano, puede acarrear reacciones de mucha tristeza, duelo, inclusive cuadros depresivos intensos que tienen  que ser atendidos”, acotó la psiquiatra. 

Recomendó a los padres estar atentos a los cambios de conducta habitual, “niños que eran comunicativos, alegres, se muestran retraídos, muy irritables, no quieren jugar,  o no quieren salir de su cuarto y participar de las actividades de la familia”. Se pueden alterar las funciones biológicas con el apetito y el sueño. Agregó que el caso de los adolescentes, los padres muchas veces no se percatan de algunos cambios de comportamiento como: “estar mucho tiempo encerrados en su cuarto, tener problemas de sueño, el chico tiene insomnio y no puede dormir. Todos estos indicadores se deben detectar a tiempo y pedir ayuda, indicó la Dra. Serpa. “Otros factores de riesgo son las pérdidas de familiares o algún ser querido e inclusive de una mascota”.