El día de ayer, miércoles 17 de noviembre, la ciudad de Nueva Delhi, capital de la populosa nación asiática que es la India, decretó el cierre de las escuelas hasta nuevo aviso. ¿Y cuál fue la razón? La medida respondió a la existencia de una asfixiante nube de contaminación en dicha ciudad que pone en peligro la salud de los ciudadanos.
Lo cierto es que la calidad del aire ha empeorado hasta niveles insospechados en el norte de India (donde se ubica Nueva Delhi) y en las zonas adyacentes al vecino Pakistán. En los últimos años, debido a la contaminación industrial y a la proliferación del humo de las quemas agrícolas, la contaminación sigue siendo una amenaza creciente.
Si hablamos de nuestro país, hace algunos meses, Lima, la capital del Perú, fue catalogada como la ciudad con peor calidad de aire del continente americano, según un informe del “Índice de vida y calidad del aire”, elaborado por el Instituto de Políticas Energéticas de la Universidad de Chicago, Estados Unidos.
Tomando en cuenta que Lima es una de las ciudades con los peores transportes públicos del mundo, el estudio afirmaba que la principal causa de la contaminación son los vehículos que consumen combustibles fósiles. Y de acuerdo con el estudio Índice de Movilidad Urbana, que evaluó 84 grandes ciudades del mundo en una escala del 0 al 100, la valoración promedio se ubicó en 43,9 puntos. En esta, Lima cuenta con una valoración de 43,5.
Es así que conmemoramos cada tercer jueves de noviembre el Día Internacional del Aire Puro que promueve la reflexión acerca de la importancia de ir hacia una movilidad sostenible, y más aún frente a la nueva normalidad causada por la pandemia, en que la bicicleta se convierte en un aliado para combatir la contaminación. No obstante, los problemas de la movilidad en la capital impiden que se plantee esta solución sostenible.
El problema de los ciclistas
Cuando se trata del transporte público, las ciudades de América Latina presentan problemas que distan mucho de ser un consuelo para combatir la crisis climática. Además, con respecto a la capital del Perú, el caos vehicular y la desorganización en el sistema de transporte se vuelven un problema que cada año afronta el país y que las autoridades no logran resolver.
Por ello, en el Día Mundial del Aire Puro, la bicicleta puede ser una gran aliada para combatir esta problemática, pues es una herramienta que contribuye a la calidad del aire y por consiguiente favorece también a la salud de las personas.
Utilizar la bicicleta como un medio habitual de transporte puede considerarse como una forma de retribución al ambiente; ya que cada metro recorrido en este medio de transporte significa un auto menos que va por allí emitiendo dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
Según la Ley Nº 30936, los gobiernos regionales y locales deben impulsar el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible; además, de adecuar la infraestructura de las ciudades, de manera que se pueda facilitar el uso de esta en el transporte sostenible. Sin embargo, esta ley no es clara en cuanto a la obligación que tienen las autoridades en asegurarse de que existan ciclovías seguras y en buen estado.
En 2018, según datos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), fallecieron 3245 personas debido a accidentes de tránsito, un promedio de nueve personas al día. Siendo los más afectados los adolescentes, jóvenes y adultos.
Por otro lado, es sabido del mal estado en que se encuentra la infraestructura vial, veredas, pistas y ciclovías en varias zonas de la ciudad ciudad. Esa realidad lo que hace es acentuar el problema.
En Lima existen 55 ciclovías desconectadas a lo largo de 14 distritos. “Estamos hablando de un tema de articulación, que significa que las ciclovías no sirven de nada si están aisladas, tienen que estar interconectadas con espacios públicos, porque cuando uno va en bicicleta también quiere llegar a lugares”, dijo Zoé Sandoval, vocero de Actibícimo para RPP. Se trata de un grupo de personas que promueven el uso de la bicicleta como medio de transporte.
Según un sondeo de IPSOS, el 80% de limeños utilizaría bicicleta para dirigirse a su centro de estudios o trabajo si existieran ciclovías adecuadas. Sin embargo, la inseguridad los detiene, pues los ciclistas se enfrentan al riesgo de ser víctimas de un robo o ser arrollados por los automóviles .
En tanto, Mauricio Zegarra, portavoz de la organización civil Cicloaxión, señaló para el diario Gestión que en Lima no hay infraestructura, pero el uso de la bicicleta creció antes del coronavirus por el pésimo tráfico de la ciudad. Agregó que a pesar de no sentirse segura, la gente veía beneficios en tiempo y dinero al usar este medio de transporte.
Sin embargo, la falta de conectividad entre ciclovías impide un correcto flujo de movilidad y agudiza la inseguridad vial. De enero del 2020 hasta mayo del 2021 hubo 117 accidentes de tránsito a escala nacional con consecuencias mortales, según la Policía Nacional del Perú (PNP). El coronel Oljer Benavides, jefe de la División de Prevención de Accidentes de Tránsito de la PNP, precisó para la Agencia Andina que en el 2020 hubo 89 los accidentes fatales con bicicleta; mientras que en los tres primeros meses del 2021 fueron 28.
Benavides precisó que el 60 % de estos accidentes son causados por la imprudencia del ciclista, mientras que el 40 % restante es originado por los conductores de vehículos mayores (autos, camionetas, buses o combis) que no respetan a los ciclistas ni a las normas de tránsito.
Por un país con menos contaminación, es necesario implementar medidas que incentiven la promoción de un transporte sostenible, pero para hacerlo es deber de las autoridades, ciclistas, y conductores de automóviles respetar las reglas de tránsito. Se trata de un esfuerzo necesario para mejorar el ambiente que la población merece.