LIMA. El 29 de junio se conmemora el Día del Pescador. Este día sirve para reconocer el esfuerzo que hombres y mujeres realizan en la actividad pesquera del Perú. La tradición de esta celebración consiste en que los botes desfilen con la imagen de San Pedro, quien es el patrono de los pescadores, por los principales puertos del país, como Chimbote, Chorrillos y Pucusana. Al finalizar el recorrido de las embarcaciones, que son decoradas para la ocasión, se degusta cebiche o distintos platos marinos.
La pesca es una actividad extractiva que se realiza en el país desde hace muchos años. Es una de las principales fuentes de economía. Además, Según el Ministerio de la Producción, 76 286 mil peruanos se dedican a recolectar peces de los diferentes ríos y abundante mar que bordea la costa del Perú para llevarlos a mercados locales o extranjeros. De los cuales, el 51% se encuentran en Piura, Ica y Áncash. Sin embargo, Isabel Gonzales, especialista en recursos hídricos del Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), comentó que para el año 2020 no existe una cifra certera acerca de cuántas personas realizan esta actividad. “No hay un registro actualizado de pescadores artesanales”, aseguró. Para el 2021, tampoco se encuentran registros.
Otro de los problemas que enfrenta la pesca es la informalidad en el país. Se estima que alrededor de 20 000 embarcaciones artesanales son las que trabajan en el mar peruano; sin embargo, la mayoría de ellas son informales. Menos de 1/3 de los pescadores están formalizados, ya que sacar un brevete o licencia para la pesca es un trámite que muchos no llegan a concluir. Menos del 40% tiene el permiso de pesca vigente, pues la lentitud del trámite impide que lo renueven.
El carné para el personal de pesca, que incluye a los pescadores artesanales, es otorgado por la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (Dicapi), de la Marina de Guerra del Perú. El Decreto Legislativo N°1147, que regula el fortalecimiento de la Dicapi, establece que el carné del personal de pesca debe ser renovado cada tres años. Eso implica un problema que los mismos pescadores señalan como injusto. Tal como explicó Henry Juárez Ruiz, presidente de la Apadexo, “una licencia de conducir A1 tiene una vigencia de 10 años, un carné de un pescador artesanal [tiene una] vigencia de tres años”.
Lizandro Chamorro, ingeniero pesquero de la Dirección Regional de Producción (Direpro) del Gobierno Regional de Áncash, explicó para OjoPúblico que cuando algún pesquero cumple 75 años, la autoridad marítima ya no renueva su carné. “Hay bastantes pescadores adultos mayores en la pesca artesanal, pero desgraciadamente no tienen un carné. Entonces, muchos no tienen acceso a un programa social del Estado, a los créditos del Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (Fondepes), a una serie de beneficios”, señaló.
Según la ley del Seguro Obligatorio del Pescador Artesanal, promulgada en el 2017, los pescadores artesanales podrían acceder a un seguro contra accidentes y el riesgo de morir. Sin embargo, este beneficio solo es posible si son contratados por un empleador. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que solo se encuentran afiliados un 1% de los pescadores.
La misma organización estima que el Perú pierde S/ 23 millones anuales por culpa de la pesca ilegal. Esta actividad extractiva en áreas protegidas del país genera grandes riesgos para el ecosistema. Es así que organizaciones como el proyecto “Iniciativa de Pesquerías Costeras – América Latina”, con el respaldo de los Ministerio del Ambiente y Producción, así como el del PNUD, en conjunto con los Gobiernos Regionales de Tumbes y Piura, a través de sus Direcciones Regionales de Producción, se encuentran implementando protocolos de bioseguridad en el desembarque y comercialización de productos pesqueros en los puertos de pesca artesanal.
Asimismo, se encuentran apoyando a organizaciones pesqueras del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, para restablecer su capacidad productiva y promover la comercialización de la pesca artesanal en la zona. “Entrar al manglar me da vida y fuerza. A pesar de que algunas personas dicen que debo cambiar de actividad por mi edad, no es algo que considere ya que la relación que tengo con el manglar es única. Me acoge, me cuida y con sus raíces me nutre de vitalidad y alegría”, afirma Hilda León, para la Iniciativa de Pesquerías Costeras. Ella es una pescadora de 64 años que vive en Zarumilla, Tumbes, al norte de Perú.
Para Oceana, otra de las organización que apoya la pesca sostenible, la pesca ilegal afecta los recursos del país, ya que impacta en la economía y afecta la seguridad alimentaria e incluso atenta contra la vida de pescadores. Además, debido a la pandemia, el Perú ha tenido un gran impacto en la actividad pesquera artesanal. Según el Programa Global de CFI (Coastal Fisheries Initiative, por sus siglas en inglés) con el proyecto Iniciativa Pesqueras Costeras en América Latina, estima que las principales causas serían las medidas de emergencia sanitaria.
La demanda de recursos del mar ha caído en los mercados de abastos, además de golpeado que se encuentra el sector gastronómico. Por otro lado, los costos de venta se habían incrementado, principalmente por las restricciones de transporte, lo que supone un impacto negativo en los precios de los servicios e insumos. Finalmente, las familias han tenido que realizar actividades alternativas con el fin de ganar algo de dinero para solventar su hogar.
Fuentes
https://cfiamericalatina.exposure.co/dia-de-las-y-los-pescadores
https://cfiamericalatina.exposure.co/mujeres-del-oceano