Desde 1970, en un día como hoy 22 de abril, se celebra el Día Internacional de la Tierra. Esta fecha busca generar conciencia mundial sobre la relación de interdependencia que existe entre los seres humanos, los seres vivos y el ambiente. Así como también se busca generar acciones de cambio para alcanzar un equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
Recordemos que la cobertura boscosa es importante porque nos provee de servicios naturales para nuestra salud, calidad de vida y supervivencia. Por ejemplo, según la Fundación de Panamá, los bosques eliminan el dióxido de carbono y otros contaminantes del aire que respiramos. Además, enfrían la temperatura del aire, reduciendo la formación de ozono a nivel del suelo, un contaminante que puede empeorar los problemas cardíacos y pulmonares.
Otro ejemplo son los humedales, los cuales almacenan aguas pluviales y remueven o filtran sedimentos, nutrientes y contaminantes que juegan un papel importante en la calidad del agua. Así como también recargan los acuíferos, que constituyen una fuente importante de agua potable.
Los animales silvestres que habitan en la Tierra también nos brindan servicios naturales, por lo que es indispensable su preservación. Pues, sus hábitos alimenticios se encuentran articulados en el medio natural para hacer las veces de controles biológicos sobre otras especies que en su ausencia, pueden convertirse en plagas, desencadenando problemas sanitarios y económicos. Igualmente, son necesarios para los procesos de polinización de las plantas, y dispersión de semillas.
Sin embargo, a pesar de la importancia de la Tierra y sus servicios naturales, no se está tomando la suficiente atención a las acciones de protección y preservación. Esto ha provocado que en los últimos años se generen la disminución de flora y fauna silvestre, la contaminación y pérdida de ecosistemas naturales. Todo ello provoca el cambio climático, lo que a su vez ha alterado más el equilibrio habitual de la naturaleza.
Riesgos del cambio climático en el Perú y el mundo
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cambio climático supone muchos riesgos para los seres humanos y todas las demás formas de vida de la Tierra. Al respecto, el Ministerio del Ambiente (Minam) señala que, si bien el Perú es responsable de apenas el 0.4% de gases de efecto invernadero a nivel mundial, lamentablemente es el tercer país más vulnerable a los riesgos del cambio climáticos que produce.
Entre algunos de los riesgos se encuentra el aumento de las temperaturas, que además de dificultar el trabajo y desplazamiento humano, incrementan las enfermedades relacionadas con el calor como el dengue y la malaria, así como también provocan incendios forestales. En ese ámbito, según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), hasta el 15 de octubre de 2021, se registraron 1081 incendios en Perú.
Los cambios de temperatura también provocan tormentas y desastres climáticos más intensos y frecuentes, que a su vez originan inundaciones y corrimientos de tierra, entre otros. Todas estas manifestaciones destruyen hogares y comunidades, incrementando la pobreza y el desplazamiento. Como destaca la ONU, las catástrofes meteorológicas desplazan a 23 millones de personas al año, dejando a los más vulnerables sumidos en la pobreza.
Con respecto al Perú, el Minam indica que, en los últimos años, el cambio climático ha ocasionado la pérdida de más del 22% de la superficie de nuestros glaciares, que son el 71 % de los glaciares tropicales del mundo. En ese sentido, se han producido más inundaciones provocadas por el Fenómeno El Niño. Además del incremento de sequías en la Sierra, así como huaicos y deslizamientos en la Costa, la Sierra y la Selva.
De la misma manera, debido a que el océano absorbe la mayor parte del calor del calentamiento global, se están derritiendo las capas de hielo y se está elevando el nivel del mar, lo cual es una amenaza para las comunidades costeras e insulares. El océano también absorbe el dióxido de carbono (CO2), sin embargo, su exceso hace que el mar sea más ácido, lo que pone en peligro la vida marina y con ello actividades como la pesca.
Según la ONU, la escasez de agua genera que muchas personas corran el riesgo de no disponer de suficiente agua potable. Por otro lado, debido a que los desiertos también se están expandiendo, se está reduciendo la tierra apta para el cultivo y, con ello, el incremento de la escasez de alimentos. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el Perú un gran porcentaje de la población se dedica a la agricultura, la pesca y otras labores que son afectadas directamente por el clima, lo cual representa una gran amenaza.
Por esta razón, es necesario tomar conocimiento de las actividades que incrementan estas amenazas que nos afectan directamente y, sobre todo, es importante generar conciencia desde todos los sectores, tales como el político y económico, para incorporar mejores acciones contra el cambio climático en los procesos de planificación y desarrollo tanto a nivel nacional, como sectorial y local. De esta manera se tendrá una acción articulada y sostenida de la sociedad a favor de la protección del planeta y todas las formas de vida.