La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas se encuentra realizando labores de prospección para incorporar a nuevos beneficiarios en toda la zona de Monzón (provincia de Huamalíes, Huánuco), informó Marleny Salazar Ocampo, jefa zonal de la oficina de Devida en Tingo María.
“La próxima semana vamos a tener los resultados de cuántos beneficiarios nuevos van a participar, porque vamos a incorporar a nuevas comunidades, la idea es trabajar con todas las comunidades del valle que son alrededor de 100, porque para el próximo año tenemos que seguir ampliando hectáreas”, manifestó a INFOREGIÓN.
“Estamos levantando información de cuántas hectáreas necesitan mantenimiento, cuántas van a entrar a la instalación de café, cacao y de biohuertos que vamos a trabajar”, precisó.
Asimismo indicó que ya se encuentran trabajando “los planes operativos del 2015, del trabajo de socialización y prospección vamos a definir cuántas hectáreas más se van a ampliar y cuántos nuevos participantes se van a sumar a este proceso”, según dijo.
La funcionaria de Devida comparó la experiencia del Monzón con la de San Martín: “Iniciar este proceso es muy duro, igual pasó en San Martín hace 10 o 12 años cuando empezamos y fue poco a poco que las autoridades se fueron involucrando, había zonas de donde botaban a la gente del Programa de Desarrollo Alternativo, porque la mayor intervención fue a través de la gente de la Cooperación Internacional, con un poco de aporte peruano, ahora no, en este proceso es el Estado el que está invirtiendo, porque la Cooperación Internacional cada vez está retirando los fondos, acá directamente es el Estado”.
“Eso hay que recalcarlo porque ese presupuesto está destinado a las zonas de post erradicación a quienes hay que darles un apoyo para impulsar el desarrollo”, precisó.
Respecto del ingreso de los programas alternativos al valle del Monzón, refirió que “en San Martín pasó igual, había lugares en que botaban a los técnicos, no creían en el café ni en el cacao, les parecía lejano ver que la producción sería al tercer año y se preguntaban ¿de qué voy a vivir?“.
“Este es un proceso de largo aliento, de largo plazo, el Estado tiene que tener una política de no retirar este proceso hasta por lo menos unos cinco años para dejar a los agricultores con sus primeras producciones, y capacitar a los agricultores para que ellos mismos puedan ir replicando todas las enseñanzas y aparte, ir incrementando sus hectáreas”, agregó.
“Según los estudios, un agricultor que debería de tener por lo menos cinco hectáreas de cacao o café para que puedan auto sostenerse, con una hectárea es muy poco, a parte también tenemos que fortalecer su sistema asociativo, que tengan una cooperativa, para que ellos puedan captar volumen para tener una buena oferta exportable”, dijo.
“El objetivo es que su producción la vendan a través de sus cooperativas y los beneficios que puedan tener se queden con ellos, ese es un proceso para el cual también los estamos preparando”, concluyó.