Es irresponsable promover el consumo de la hoja de coca basándose en mitos o creencias, porque de acuerdo a los resultados de diversas investigaciones científicas la coca no sirve para la alimentación humana y al contrario puede causar severos daños al corazón y el hígado.
Así lo sostuvo María Méndez, Investigadora del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, IDEI, quien alertó en el programa Diálogo Ciudadano de INFOREGION en el VRAE., que detrás de los mitos de industrialización de la hoja de coca se encuentra el narcotráfico, que justifica la producción de miles de hectáreas
Méndez descartó de plano todo valor proteico de la hoja de coca. “No podemos engañar a nuestro pueblo. Es necesario ser precisos y transparentes y basar cualquier información en investigaciones científicas. Y la realidad científica nos dice que la hoja de coca no es nutritiva y no ha sido jamás utilizada como alimento humano” señaló.
Precisó que en la naturaleza no existe ningún animal que consuma hoja de coca y señaló que cuando se ha querido alimentar a animales, como se hizo con ratas de laboratorio, estos perdieron peso y pelo, comprobándose que las proteínas que contiene la coca no son asimilables por los organismos vivos.
Desayunos escolares de coca, una barbaridad
Por todo ello consideró irresponsable promover su consumo, ciñéndose en mitos o creencias y calificó como una barbaridad la intención del presidente boliviano Evo Morales de repartir los desayunos escolares en base a harina de coca
“Esto sería una barbaridad y un atentado contra la salud pública. Muchos hablan de un estudio del Museo Botánico de la Universidad de Harvard, que se realizó hace más de treinta años; sobre las propiedades contenidas en la hoja de coca; pero nadie habla sobre las conclusiones donde se advierte sobre la práctica del coqueo, por estar la coca con residuos de pesticidas e insecticidas” sostuvo Méndez.
La investigadora del IDEI descartó las supuestas propiedades medicinales de la coca y advirtió que su uso requiere una receta de médicos especialistas y en cantidades muy pequeñas. Advirtió además que el uso de la coca en medicina se está dejando de lado por ser adictiva.
Recordó que la cocaína, que es uno de los alcaloides de la hoja de coca, genera efectos nocivos en el organismo humano como el corazón y el hígado, ocasiona dependencia y además hace que las personas pierdan sus facultades elementales, porque la sensación de aparente bienestar que produce su ingesta, repercute en el deterioro físico de la persona.
Fracaso de la Industrialización de la coca
Méndez resaltó además el fracaso de las propuestas de industrialización de la hoja de coca por la falta de mercados y aseguró que el producto ha sido asumido por la industria del narcotráfico.
“La experiencia boliviana por ejemplo ha fracasado en todo sentido; pues los productos hechos a base de coca como: caramelos, jabones, pasta de dientes, entre otros; no han tenido éxito, porque la coca es un producto que ya ha sido asumido por la industria del narcotráfico. Detrás de los mitos de industrialización está el narcotráfico, que justifica la producción de miles de hectáreas” aseguró.
Ello se grafica con el destino que tiene la hoja de coca en el país. En ese sentido informó que en el Perú se producen 110 mil toneladas métricas de hoja de coca y de ellas, más de 100 mil toneladas son usadas por la industria criminal del narcotráfico y sólo el mínimo restante va para el consumo tradicional.
En ese marco, Méndez alertó que el futuro de muchos jóvenes que son engañados por los cantos de sirena del narcotráfico podría terminar como el del joven peruano que fue condenado a la pena capital en Malasia por tratar de ingresar cocaína a ese país.
Disminución progresiva del chacchado
María Méndez, recordó asimismo que las Naciones Unidas ha recomendado, desde hace muchos años, la disminución paulatina del cachado que se practica en las zonas alto andinas de nuestro país.
“Qué sucede con las personas que no comen y no duermen por consumir coca, lógicamente estas personas van a sufrir de desnutrición. Su estómago no va producir los jugos gástricos y por el otro lado se va generar el rápido envejecimiento de la personas”
Consideró que peor aún, el consumo del clorhidrato de cocaína, genera mayores daños en el cerebro y adicción y ello ocasiona a su vez, graves problemas sociales.
Para frenar la producción de coca destinado al narcotráfico, la experta recomendó, que el Estado recupere la seguridad en estas zonas productoras y promover el desarrollo a través de la inversión.
“Debe existir este binomio de la inversión en programas de desarrollo y generar las condiciones de seguridad. A la vez que se tiene que mejorar los niveles de los servicios del Estado en los sectores de salud, educación e infraestructura.