«Dilma Rousseff depende apenas de seis votos, son seis senadores que pueden cambiar el destino del país, devolviendo a Dilma el mandato popular que el pueblo le dio, ahora está más fácil poder derrotar el Impeachment». Estas fueron las palabras de Luiz Inacio Lula de Silva a una radio brasileña para explicar la situación actual del intento de destitución a la mandataria.
Estas declaraciones vienen luego de conocerse que el proceso contra Dilma Rousseff está ahora en manos de una comisión del Senado que presentará un informe el 2 de agosto. Se conoció que el mismo será remitido al pleno de la Cámara alta, donde será necesaria una mayoría calificada (54 de los 81 senadores) para aprobar la destitución y ahí es donde necesita el apoyo Rousseff para mantenerse en la presidencia.
«Les pido que hablen con los senadores, manden cartas, manden ‘zapzap’ (por whatsapp), manden lo que sea para que ellos no le den un golpe a la democracia de Brasil», manifestó Da Silva.
A esta situación hay que agregarle que al menos tres senadores de los 55 que votaron por el juicio político indicaron que están en duda de apoyar la destitución presidencial. ¿A qué se debería este cambio? Básicamente, por los escándalos sobre corrupción y por la línea económica adoptada por Temer, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB).
Cabe señalar que Fernando Vicente Prieto, periodista argentino, escribió en un portal web que dos de los cinco cargos imputados a Rousseff ya han sido descartados. Además, añadió que los otros tres no serían suficientes para justificar la destitución; sin embargo, esto no es tan relevante en comparación con el peso que tienen las relaciones políticas en la toma de la decisión final.