Gracias al reciente convenio suscrito entre el Ministerio del Interior y la Universidad de Granada (España), la Policía Nacional del Perú podrá utilizar la herramienta científica DNA-Prokids para realizar investigaciones sobre casos de trata de personas.
El DNA-Prokids busca frenar el tráfico de personas mediante la identificación genética de las víctimas y sus familiares. El director de este programa, José Lorente Acosta explicó que se trata de crear dos protocolos de identificación que contengan información de ADN, por un lado de los menores y por otro, de los familiares. “Los resultados se comparan y, si se confirma el parentesco, se los reúne”, afirmó.
Por su parte, el ministro del Interior, Miguel Hidalgo manifestó que frente a una actividad criminal que denigra a las personas, en especial a los niños, niñas y mujeres, de todo el mundo, surge una respuesta integral y fraterna de la comunidad internacional. “Esa respuesta es el proyecto diseñado por la Universidad de Granada”, indicó.
Entretanto, el jefe de la DIRCRI, coronel Ángel Pérez, añadió que el banco de datos genéticos que será elaborado por los peritos biólogos debe ser compatible con la data de los países que cuentan también con el programa DNA-Prokids, de tal manera que exista cooperación e intercambio de información en la lucha internacional contra la trata.
Si bien la Policía Nacional aplica la identificación genética desde hace más de 11 años, lo hace principalmente en casos de filiación, homicidios, secuestros y violación. En adelante, gracias al programa DNA-Prokids, utilizará esta herramienta científica también en los casos de trata de niños y adolescentes.
El convenio establece que la Dirección de Criminalística de la Policía Nacional (DIRCRI), que cuenta con un moderno laboratorio de ADN, recibirá de la universidad los kits y elementos necesarios para la toma, análisis y procesamiento de muestras biológicas para el examen de ADN.
Así, los peritos de esta unidad policial podrán tomar muestras biológicas de los niños y adolescentes internados en los albergues del país y de los familiares que hayan denunciado la pérdida de sus hijos, con el fin de elaborar una base de datos de perfiles de ADN, que servirá para buscar y ubicar a las posibles víctimas de la trata.