Después de décadas el río Chili se va purificando y disminuye contaminación

Por más de 50 años, el río Chili, cuenca que da vida a la ciudad de Arequipa, fue el más contaminado del país. Las aguas servidas se descargaban directamente al afluente y la población arequipeña consumía alimentos contaminados regados con estas aguas. Sin embargo, desde la instalación de dos nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales, esta situación cambió.

La última vez que se analizaron las aguas del río Chili – en su estado de contaminación – fue en el 2015. El director de la Autoridad Administrativa del Agua (AAA) Caplina-Ocoña, Alberto Osorio, indicó que los parámetros de coliformes eran 200 veces más altos de lo permitido. La evaluación arrojó 230.000 NMP (Número Más Probable) de coliformes por cada 100 mililitros de agua. El Estándar de Calidad Ambiental (ECA) indica que el Chili debe contener como máximo 1.000 MNP/100ml.

Los coliformes no eran los únicos contaminantes de la cuenca. Se identificaron que, en el caso del nitrato, se llegó a 81 mg/l, cuando lo permitido es 10 mg/l. Lo mismo suscedió con el sodio. Se halló este metal en la cantidad de 833 mg/l, cuando lo tolerable es de 200 mg/l. Además, se identificaron altas cantidades de grasas y sedimentos a lo largo de sus 102 kilómetros.

Perjuicios

Esta situación obligó a las autoridades declarar en emergencia a esta cuenca en varias ocasiones, pero las soluciones eran limitadas. Por el río discurren un promedio de 11 metros cúbicos por segundo, con ello se satisfacen las necesidades mínimas de la ciudad: energía, agricultura, industria, entre otras.

El presidente de la Junta de Usuarios de la Zona Regulada del Chili, René Chávez , explicó que con esas aguas contaminadas se riegan 7.000 hectáreas de tierras agrícolas. Allí, unos 6.000 agricultores siembran ajos, cebollas, papas y verduras de tallo corto para el consumo local y de las regiones vecinas.

“Nosotros queríamos ingresar a la agroexportación. Probamos con el ajo, las alcachofas, orégano y la quinua, pero nuestros productos fueron rechazados. No cumplían con los estándares de calidad sanitaria para alimentos. Todas nuestras verduras estaban contaminadas y solo nos quedaba comercializar los productos en la ciudad”, indicó Chávez.

Enfermedades

Durante muchos años los arequipeños consumieron estos alimentos contaminados. El jefe de la oficina de Epidemiología de la Gerencia de Salud, Percy Velarde, contó que una de las causas de la cantidad de casos de Enfermedades Diarreicas Agudas (Edas) en los niños menores de cinco años es por el tipo de alimentación. En el 2015, la incidencia era de más de 100 afectados por cada 1.000 niños. Ahora se esperan mejores resultados.

El responsable de la contaminación del río Chili era la empresa de Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Arequipa (Sedapar). Cada segundo se descargaban al río más de 1.000 litros de aguas de desagüe. Arequipa solo contaba con una planta de tratamiento de aguas residuales (Chilpina), construida hace 40 años, y que solo trataba 600 litros por segundo.

El gerente de Sedapar, Juan Carlos Córdova, explicó a El Comercio, que la empresa produce 2.000 litros de agua potable, para coberturar al 91% de la población de Arequipa (280.000 usuarios). De esta cantidad, el 80% se va al desagüe. Es decir, que generan una promedio de 1.700 litros por segundo de aguas servidas.

Tratamiento

Desde diciembre del 2016, estas aguas ya son tratadas. Los desagües ahora van a dos plantas de tratamiento: La Enlozada, que purifica 1.500 l/s, y a La Escalerilla, que trata 60 l/s. Ambas con mayor capacidad para recibir y tratar más. La primera fue construida y es administrada por la empresa Cerro Verde, mientras que la segunda por Sedapar. Chilpina fue dada de baja. La cerraron el mes pasado.

La principal planta (La Enlozada), que trata aproximadamente el 99,5% de las aguas servidas de Arequipa metropolitana, será administrada por Cerro Verde por 30 años. Representantes de la minera informaron a este medio que invirtieron US$ 500 millones en su construcción, a cambio de usar 1 m3/seg. al año para la mina. Gracias a esta planta por la cuenca discurren aguas más limpias.

El último monitoreo del río Chili (abril -2018) reportó que a un año y medio del funcionamiento de las plantas, los niveles de coliformes bajaron hasta 5.400 MNP/100ml. Es decir, que de tener 200 veces más de coliformes permitidos, ahora solo tienen cinco veces más. Los otros componentes, como metales y grasas, están por debajo de los límites permitidos.

Recuperación

Especialistas señalaron que el Chili requería de unos 5 años para autodepurarse. Al momento, su recuperación sorprende a los agricultores quienes esperan que los niveles de coliformes bajen hasta lo más mínimo para retomar los planes de exportación.

No obstante, hay problemas que faltan solucionar. Existen cerca de 20 mil redes de desagües que no tiene conexión a las plantas de tratamiento. Estas desaguan en torrenteras, quebradas y en el río Chili. La Autoridad Nacional del Agua (ANA) identificó 44 vertimientos no autorizados al río. De ellos, 34 ya fueron sancionados y 10 están en procesos.

Contaminar el río tiene su castigo. Si el ANA detecta descargas no autorizadas sanciona con multas elevadas que van desde 2 UIT hasta 10.000 UIT. En otras palabras, aquel que tenga vertimientos contaminantes al río Chili podría recibir una multa de S/41 millones.

Fuente: Diario El Comercio

Texto: Zenaida Condori