En el año 1984, presuntas patrullas militares los asesinaron luego de ser acusados de integrantes de Sendero Luminoso en el distrito cusqueño de Kimbiri, en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Pasaron 31 años para que sus restos óseos sean entregados a sus familiares y pudiera, por fin, descansar en paz.
Luego de una emotiva ceremonia, 16 personas que fueron acribilladas fueron enterradas luego de que el Ministerio Público entregara a sus familiares, el pasado 16 de diciembre en Ayacucho, sus restos. En vida, pertenecieron a las familias Cuadros Huamán, Castro Huamán, Huamán Contreras y Tello Cuadros, de la comunidad de Chilligua, perteneciente al distrito ayacuchano de Chungui, también en el Vraem. Luego de ser asesinados los metieron en fosas comunes durante los años 1984 y 1985.
Cipriano Huamán Contreras, familiar de las víctimas, manifestó a INFOREGIÓN que en esos años perdió a sus primos, tíos y hermanos; además, exhortó a las autoridades para que a los culpables de estos hechos les caiga todo el peso de la Ley.
“Perdí a mis padres, a mis cuatro hermanos, a mis nueve sobrinos. De un solo golpe me quedé sin toda mi familia. Hasta ahora sigo sin saber por qué, qué hicieron para que terminen así”, manifestó en la misa que se realizó en la plaza de armas de Kimbiri.