Caretas. Letal como el cianuro fue incubándose la protesta de los mineros informales contra el DU 012 promulgado el 18 de febrero pasado, y que decreta el inicio del proceso de ordenamiento minero en Madre de Dios. Pero el chupo estalló en Chala, en la costa peruana.
El domingo en la madrugada, centenares de mineros acarreados en camiones desembarcaron en la somnolienta localidad desértica, y bloquearon la Carretera Panamericana Sur entre los kilómetros 610 y 650.
Según la periodista Silvia Núñez, de Radio Power de Chala, los mineros provenían de la vecina provincia ayacuchana de Páucar del Sara Sara, las zonas altoandinas de Chaparral y los centros mineros de Huanu Huanu, María, Capitana, Chorreadero y Reyes, entre otros.
Simultáneamente, la Policía envió 500 efectivos de refuerzo de la Dinoes y USE al mando del general Félix Murga, jefe de la Región Policial de Arequipa.
El tenso compás de espera se prolongó hasta el mediodía, en que estallaron, de acuerdo a la Policía, los primeros petardos de dinamita arrojados por los manifestantes contra las fuerzas del orden. Entonces empezó a correr bala.
Al final de la luctuosa jornada, fueron muertos seis manifestantes y la posta médica, según los reportes periodísticos, atendió a decenas de heridos de bala.
El presidente Alan García justificó el uso de la fuerza. El martes 6 declaró que “ha llamado la atención que en Chala y Nazca, donde no hay ningún problema con el decreto que fue expedido para el reordenamiento de la minería informal en Madre de Dios, se ha producido esta interrupción del tránsito y este desorden, alentado por empresarios informales, por empresarios que yo he llamado salvajes de la minería que no quieren formalizarse”.
El lunes 5, el jefe de la Policía Nacional, general Miguel Hidalgo, se trasladó a Chala y desayunó con su tropa en elocuente gesto de respaldo institucional.
Al cierre de la presente edición, la Panamericana permanecía bloqueada. Unos 7,500 manifestantes se habían sentado sobre el pavimento.
Mientras tanto, en Madre de Dios se acordaba una tregua del paro de 48 horas para abrir la negociación.
El sangriento saldo del operativo policial ha sido criticado desde varios frentes. En la noche del martes 6, el Partido Nacionalista presentó en el Congreso una moción de interpelación contra el premier Javier Velásquez Quesquén y el ministro del Interior, Octavio Salazar. Velásquez respondió que acudiría a responder el pliego de veinte preguntas “con el mayor respeto y firmeza”.
Ollanta Humala pasó de pedir la renuncia de todo el gabinete el lunes 5 a anunciar al día siguiente un pedido de vacancia presidencial por “incapacidad moral permanente”. El líder nacionalista dijo que su partido tramitaría la iniciativa en el Congreso. Pero esta vez Ollanta se quedó solo, como minero aluvional. Ni el fujimorismo ni Unidad Nacional apoyaron la derogatoria del decreto de urgencia, menos la estrambótica discusión sobre la vacancia.
El ex premier Jorge del Castillo resumió el enredo en el discurso del opositor. “El nacionalismo incluyó la defensa de la Amazonía dentro del discurso que utilizaron para apoyar las manifestaciones de Bagua”, declaró en el Congreso. “Sin embargo ahora que el gobierno quiere poner orden nos atacan. Esta es una doble moral”.
A CARETAS le añadió que “los nacionalistas se meten en cada tema en función del desorden y aquí se contradicen en la esencia. Defienden a los patrones explotadores. ¿Cómo explican eso?”.
A diferencia de lo ocurrido en Bagua, donde el pecado original que terminó en una terrible masacre de policías y la muerte de civiles fue la omisión del gobierno de consultar a los nativos amazónicos sobre legislación que los involucraba directamente, aquí el humalismo terminó por defender a un depredador sector de la economía negra, emparentado con actividades como el narcotráfico y la tala ilegal.
Peor si se recuerda las serias imputaciones contra la congresista nacionalista Nancy Obregón por narcotráfico.
Los suspicaces podrían tener carta libre para creer que Ollanta Humala defiende los intereses de los grandes mineros informales. Caso contrario, el humalismo demuestra de nuevo su incapacidad de diferenciar la paja del trigo y ratifica su condición de oposición tira-piedra, ocupada en mantener su electorado antisistema condenado a decrecer en cada proceso electoral, y sin aspiraciones reales de elevar su techo. Basta adentrarse en Chala y seguir su cordón umbilical con Madre de Dios para entenderlo.
Chala es una suerte de Gamarra de la producción minera informal. De todo el Perú transitan por las carreteras, burlando los controles policiales, toneladas de relaves provenientes desde Madre de Dios hasta Tambogrande en Piura.
Incluso de las serranías de Lima, en Canta, marcha el material rumbo a Chala y alrededores.
En la planta procesadora la roca es “picada” con cianuro, y transformada en “granallas” (billas) o lingotes. La joyería de Lima es uno de los principales destinos finales.
“En Chala hay ocho plantas procesadoras y todas compran mercadería ilegal”, describió Manuel Reynoso, presidente de la Sociedad Nacional de Minería en Pequeña Escala (Sonampe).
Miguel Santillana, analista del Instituto del Perú de la Universidad de San Martín de Porres, calculó que el negocio informal del oro genera más de S/. 3,000 millones anuales, de los cuales S/. 1,600 millones se producen en Madre de Dios.
La informalidad es moneda corriente. El año pasado el canon minero de Madre de Dios apenas fue S/. 41,000. Según el ministro del Ambiente, Antonio Brack Egg, debió ser del orden de los S/. 50 millones. La producción “negra” abastece las precarias plantas procesadoras en Chala.
La minería de oro en Madre de Dios se concentra en las cuencas de los ríos Inambari y Colorado. El ministro del Ambiente describió la devastación en la zona “como si hubiera entrado una jauría de huanganas”. Dijo que ya son 18,000 hectáreas las arrasadas.
¿Cumple el nacionalismo algún papel en ese contexto? Según la información recabada, la mayoría de quienes trabajan en la minería informal son reservistas y provienen de zonas altoandinas, sobre todo del Cusco.
El dirigente Luis Valdivia, denunciado por el incendio de la sede del gobierno regional en julio del 2008, solía describirse como representante de Ollanta Humala.
Pero el nacionalismo no las tiene todas consigo. El martes 6 los mineros que protestaban en la Plaza de Armas de Madre de Dios echaron a un grupo de reservistas seguidores de Antauro Humala. Es más, el consejero Jorge Medina Salazar, del Partido Nacionalista, está a favor de la formalización de la minería informal, y así lo hizo conocer en la sesión ordinaria del gobierno regional.
El DU 012 delimitó el Mapa de Exclusión Minera en Madre de Dios, limitando la búsqueda de oro en las cuencas de los ríos Inambari y Colorado, un total de 613,000 hectáreas o 7% del territorio de Madre de Dios.
Suspendió los petitorios mineros y prohibió el uso de dragas hidráulicas, autorizando a la Dirección de Capitanía de Puertos (Dicapi) a intervenirlas y destruirlas, pisando callos inesperados.
Solo hay 15 de estas dragas industriales en Madre de Dios, pero el alcalde de Puerto Maldonado, Luis Bocángel, es propietario de dos, y su hermano también. Según Brack, una draga hidráulica puede producir hasta S/. 20,000 de oro diarios. El alcalde Bocángel no pitea por el ínfimo canon minero que percibe, y ahora se entiende por qué.
La norma no ha prohibido el uso de dragas más pequeñas, conocidas como “balsa gringo” y “carancheras”, de las cuales pululan cerca de medio millar en la zona. El MINEM se limitó a prohibir el “refogado” del mercurio a bordo.
“El DU 012 solo es el inicio de un largo proceso de formalización, que dura entre dos y tres años”, explicó el ministro del Medio Ambiente. “A nadie se le va a quitar las concesiones durante ese periodo”, aseguró.
La formalización pasa por la obtención del certificado ambiental de las operaciones, como condición primera. Brack sostuvo que se abrirá una Oficina de Formalización en Madre de Dios para asistir a los mineros en el tránsito a la formalidad.
Será una tarea de hormigas. En Madre de Dios son 1,600 denuncios mineros y 1,100 petitorios. Apenas 16 han sido declarados formales, con estudios de impacto ambiental en regla, RUC y el reconocimiento de derechos laborales.
En el resto impera la ley de la jungla.
“El objetivo moderno del Perú es cuidar el medio ambiente, su Amazonía y contribuir al oxígeno del mundo, evitar el narcotráfico; es por eso que enfrentamos la minería salvaje”, sostuvo el presidente García.
En marzo de 2007, AGP denunció a “esos empresarios ganaderos, mineros y a esos pablitos (Escobar) que lavan dinero”.
Un año después, el presidente ordenaría el inicio de la megainvestigación al clan Sánchez Paredes.
“El oro que se extrae en Madre de Dios es un oro en pepa, se puede meter al bolsillo, llevar al exterior, y usar el oro como forma perversa de lavar dinero”, coincidió Ricardo Briceño, presidente de CONFIEP.
Pero el problema ha estado soterrado por mucho tiempo.
El presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Hans Flury, recuerda haberle preguntado a un director del Banco Central de Reserva (BCR): “¿cuál es la actividad económica que más le preocupa en cuanto a lavado de dinero?”.
“¡Los restaurantes!”, respondió.
“No tenía el tema ni en el radar”, expresó su sorpresa Flury.
La punta de lanza de la protesta minera es la Federación de Mineros de Madre de Dios (Fedemin), presidida por Amado Romero, y la Federación Nacional de Mineros Artesanales del Perú (Fenamarpe), encabezada por Teódulo Medina, asentado en la zona de Nazca, Chala y Ocoña.
Resulta que Medina postuló por el partido de Ollanta Humala en las elecciones municipales del 2006 por el distrito de Ica, reveló el diario Perú.21 esta semana.
El grito de guerra es la derogatoria del DU 012.
El Fedemin y la Fenamarpe habrían ofrecido a los informales exigir al gobierno revierta los derechos mineros de concesiones invadidas, y que consideran ociosas.
En la minería artesanal existen formales, informales y abiertamente ilegales. Estos últimos explotan yacimientos sobre los cuales no tienen título alguno.
La cotización del oro sobre los US$ 1,100 la onza atiza la fiebre aurífera en costa, sierra y selva.
Sin embargo, el caos, abuso y contaminación de la minería artesanal, exacerbado en los últimos días, ha calado hondo.
El próximo 19 de abril se realizará en Islay la consulta popular sobre el megaproyecto cuprífero Tía María. “La población empieza a tomar conciencia que es mejor la minería formal que la informal”, sostuvo Guillermo Vidalón, de Southern Perú.
Recordó que no solo el oro, sino el cobre, ha sido materia de febril actividad artesanal cuando el metal rojo superó los US$ 4 la libra. Esta semana, el metal rojo cotizó por encima de los US$ 3.50.
“Teódulo Medina habla sin conocer la ley”, sostuvo Manuel Reynoso, de la Sociedad Nacional de Minería en Pequeña Escala (Sonape). El camanejo, accionista de Minera La Victoria, en Arequipa, sostuvo que la Ley de Formalización y Promoción de la Pequeña Minería (Ley 27651) promulgada en 2002, es buena. Él mismo se acogió a ella.
“Hasta ha criticado el decreto 1040, promovido por nosotros, que evitó que las grandes empresas mineras se metan en la pequeña minería”, explicó. Aquí también hay grandes ilegales enfrentados a pequeños formales.