La exposición se inició desde tempranas horas en el auditorio del Colegio San Agustín, donde el especialista habló del sumo cuidado que han tenido en diseñar el Estudio de Impacto Ambiental que ha costado varios millones de soles al Consorcio Ferroviario, para conocer qué acciones tomar ante los impactos ambientales que de todas formas se registrarán si algún día se llega a ejecutar la obra del tren a diessel Iquitos-Yurimaguas.
“Hace poco hemos entregado el estudio de impacto ambiental a OPIPP porque así lo demandaba el expediente técnico. El Consorcio Ferroviario Selva ha contratado a la Consultora para elaborar dicho estudio y así saber cómo mitigar el impacto ambiental. El estudio se ha venido trabajando con suma dedicación y profesionalismo desde hace un año y medio, se ha hecho el levantamiento de información, contratación de especialistas de la zona, etc. Quiero resaltar la buena coordinación entre la empresa del estudio de impacto ambiental y del estudio de Ingeniería. Los aportes que encontrábamos para hacer la mitigación de actividades han sido aceptados e incorporados dentro del proyecto; los aguajales, el drenaje transversal para que fluya el agua, así como poner a disposición los taludes, etc. Todo felizmente ha sido recogido y aceptado por ellos”, dijo Carranza.
– ¿Definitivamente que de todas maneras habrá zonas impactadas?
-Toda obra genera impacto, como se dice “para hacer tortilla hay que romper huevos” pero hay que romperlos bien para que no se generen impactos mayores.
– ¿Una inquietud, será un tren eléctrico, a petróleo, con qué se moverá?
-Es a diessel. Para ir de Iquitos a Yurimaguas se tendrán que reabastecer en las dos estaciones con que contará. Es un tren mixto, solo para pasajeros, para carga, para pasajeros con carga.