Desde el 2006 han muerto 28.000 mexicanos, una cantidad mayor que la reconocida en su último reporte, según un reporte oficial de las autoridades, que también reconocieron que no han logrado recuperar la seguridad en las zonas con presencia de narcotráfico.
«No hemos logrado el propósito, tenemos una violencia creciente», dijo el director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Guillermo Valdés.
Los datos oficiales sobre el número de víctimas han cambiado en los últimos meses.
A mediados de julio la Procuraduría (fiscalía) General de la República había informado que las personas muertas eran 24.800.
Pero antes, en abril, un informe del Gabinete de Seguridad Nacional entregado al Senado ubicó en 22.700 los fallecidos.
Ahora, el director del Cisen –uno de los órganos gubernamentales de inteligencia- dijo que el último recuento es de 28.000 muertos.
Especialistas critican la contradicción en las cifras, porque demuestra que no se conoce la situación del país.
«Es un terrible problema, no sabemos en realidad lo que está sucediendo, es preocupante», le dijo a BBC Mundo Martín Barrón, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).
El presidente Felipe Calderón reconoció que su gobierno tiene problemas para informar sobre la lucha contra el tráfico de drogas.
«No hemos sabido explicar qué estamos haciendo, por qué lo estamos haciendo, qué es lo que estamos viendo a nuestro alrededor», dijo en una reunión con académicos y periodistas.
Por ejemplo, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, más de la mitad de los estados tienen un índice de homicidios menor al promedio nacional.
La violencia, dijo Calderón, se concentra en las regiones que disputan los carteles de narcotráfico.
Pero al mismo tiempo, la percepción de inseguridad se extiende al resto del país.