La mejora del perfil agrícola en los distritos de Manu y Fizcarrald, así como la ampliación de la infraestructura vial en esta zona, son dos de los principales desafíos que tiene la región Madre de Dios, pues a partir de ello se podrá impulsar el desarrollo de los pueblos asentados en la zona, consideró el ingeniero Antonio del Águila, gerente de la Subregión Manu, en Madre de Dios, cuya sede administrativa se encuentra en la ciudad de Salvación.
Asimismo, afirmó que los campesinos asentados en la zona de amortiguamiento de la reserva nacional del Manu tienen que pasar de la actividad meramente extractiva, como la tala, a la productiva mediante el incremento y tecnificación de los cultivos de plátano, piña y cocona.
Mayor actividad
Esos tres cultivos tienen un buen perfil comercial especialmente en los mercados de Cusco. Sin embargo, se enfrentan al problema de no mantener una cosecha en la magnitud de la demanda, así como la falta de carreteras que puedan permitir un rápido y económico transporte hacia las ciudades.
Sobre el primer tema, el ingeniero del Águila destacó el esfuerzo de las autoridades regionales para constituir un programa agrario basado en el sistema agroforestal asociado, que incluya, además de los cultivos antes mencionados, a la bolaina y al pashaco, recursos maderables que también tienen demanda. “Falta incrementar la productividad y las áreas de cultivo, pero en forma ecológica pues hay que tener en consideración que en la zona se encuentra un parque nacional y una reserva comunal”, señaló.
Articulación vial
El segundo reto es la articulación vial, pues Salvación y sus anexos no tienen comunicación directa con la capital regional, Puerto Maldonado, salvo por la vía fluvial que no permite el transporte masivo de carga y además es muy lenta y sujeta a los cambios climáticos.
La otra ruta es más larga y costosa, pues implica dirigirse por tierra hasta el Cusco, en unas 10 horas de camino, y luego tomar un avión hacia la capital de Madre de Dios, lo que resulta prohibitivo para la mayoría de pobladores por lo costoso de la empresa.
En ese sentido, se lleva adelante un programa que de apertura de vías que tiene por objetivo llevar la carretera, que hoy termina prácticamente en la zona de Itahuanía, a dos horas de Salvación, hasta el poblado de Nuevo Edén y de allí hasta Boca Manu, para enlazarla con el sistema de carreteras de esa zona. Esto significa un avance de hasta seis kilómetros para este año, señaló el representante regional en el Manu.
Paralelamente, se viene brindando del debido mantenimiento a la red disponible, incluyendo los caminos vecinales que cumplen un gran papel pues permiten sacar la producción de panllevar de los poblados, así como la madera para uso comercial, articulando esta actividad con sus potenciales mercados, agregó Del Águila.
Oportunidad de inversión
Otros temas por resolver a favor de la población son las mejoras y ampliaciones del servicio eléctrico, que por el momento depende de la pequeña central de Pilcopata, en el Cusco. El objetivo es integrar al Manu al sistema energético proveniente de la hidroeléctrica de Machu Picchu.
Con electricidad asegurada el despegue hacia la creación de un componente de industrialización será inminente, permitiendo la creación de industria básica que brinde valor agregado a la producción local.
Por eso, la autoridad expresó su confianza que todos estos cambios puedan potenciarse con la confirmación de un yacimiento gasífero en la zona, que viene siendo determinado mediante estudios por la empresa Hunt, miembro del Consorcio Camisea.
“Hay expectativa en esta búsqueda de hidrocarburos, pues sabemos que de encontrar el recurso se podría impulsar el desarrollo. Siempre dentro del respeto al medio ambiente y a las comunidades, con las condiciones apropiadas”, puntualizó.
Los comentarios están cerrados.