La campaña “No me des la espalda» llegó a Iñapari, frontera entre Perú y Brasil. Aprovechando las fiestas patrias y la participación de peruanos, bolivianos y brasileros, se realizaron actividades para sensibilizar a jóvenes y adultos, para que identifiquen las señales del delito de trata de personas con fines de explotación laboral y así denuncien estos casos en la línea 1818 del Ministerio del Interior, informó Cecilia Jiménez, coordinadora regional de CHS Alternativo.
Se realizó una maratón y basura challenger, que tenía como objetivo alertar a los padres de familia y menores de edad sobre los riesgos que existen al aceptar ofrecimientos de empleo que pueden llevar escondida una situación de trata de personas. Las actividades se realizaron el pasado 27 de julio en la plaza de armas de Iñapari.
La trata de personas en el Perú es un delito que puede ser penado hasta con 35 años de cárcel y corresponde reconocer sus formas. Una de estas es la trata con fines de explotación en trabajo doméstico a través de las siguientes características: las víctimas viven amenazadas, sufren maltratos físicos y sicológicos de parte de empleadores, se les retiene sus documentos personales y se les prohíbe el contacto con familiares o amigos.
En nuestro país encontramos esta modalidad de trata de personas principalmente en mujeres. Ellas, en la mayoría de casos, son captadas en sus ciudades, distritos, centros poblados, etc. y transportadas a un destino con fines de explotación, se informó a INFOREGIÓN.
Este problema se da en todos los sectores, pero no se visibiliza claramente ante la opinión pública. Ello debido a que la sociedad ha normalizado este tipo de hechos y, además, a que las propias víctimas prefieren no denunciar por temor a represalias, por vergüenza o porque no saben dónde acudir por ayuda.
La ONG CHS Alternativo realizó estas actividades en coordinación con la Municipalidad Distrital de Tahuamanu Iñapari y el Consejo Regional de Juventudes de la región de Madre de Dios.
Datos:
· De acuerdo al INEI, en 2017 había 395 171 trabajadores del hogar, de los cuales el 95 % (378 mil) son mujeres, el 27 % (106 mil 696) jóvenes, el 33 % (130 mil 406) solo ha terminado los estudios primarios y el 14,4 % (56 mil 904) no sabe leer, ni escribir.
· La explotación en trabajo doméstico es una problemática invisible; los hogares son espacios privados donde no se puede realizar fiscalización.