Han transcurrido 18 días del derrame de petróleo en Ventanilla causado por Repsol y los estragos al ambiente y a la vida de la población siguen vigentes. El médico veterinario Pancho Cavero acudió recientemente, con un equipo de personas, para evaluar el estado en que se encuentran algunas playas que fueron afectadas por el derrame de crudo. Hablamos de «El Bajo» (Ancón) y de «Playa Grande» (Santa Rosa).
En aquellos lugares se pudo constatar que la contaminación permanece en el mar, el cual presenta una apariencia «aceitosa», se vio un comportamiento inusual de aves que surcan el cielo en busca de alimento, además de una afectación a los animales de la zona por el ir y venir de varios camiones. Además, se pudo identificar una alternativa local muy interesante para la acelerar la limpieza y remediación ambiental de la costa afectada.
Cavero resaltó a INFOREGIÓN que el tema del derrame de crudo no puede pasar al olvido ante la coyuntura nacional y que es preciso persistir en recuperar la zona afectada. «Esto es grave. Hay que seguir insistiendo, hay que seguir estando acá, por más que juegue Perú (en las eliminatorias a Qatar) o que la política esté de cabeza. Tenemos que darle vida a esto. No hay nada imposible. Y de esto se tiene que hacer cargo Repsol, y si no, nosotros tenemos que hacernos cargo para enseñarle cómo nos hacemos cargo. Esa es la forma de hacer Perú hoy», afirmó.
Una alternativa de limpieza local
En la playa «El Bajo» (Ancón), Cavero pudo apreciar que el mar tiene una apariencia «aceitosa» e identificó la presencia de una especie de «coágulos» en la superficie marina como resultado de la contaminación de crudo. «He visto peces muertos y allí los pescadores expresan su honda preocupación pues su futuro es el que se muere», afirmó. Seguidamente, anotó que por la zona en la que se ha desplazado no se apreciaban actividades de limpieza, pues estas se concentran cerca a la carretera.
Cavero resaltó que los pescadores locales hayan implementado un sistema con mallas artesanales que utiliza las plumas para recoger el petróleo derramado. Citó que la limpieza del mar usada por Repsol se realiza con boyas traídas de China, pero consideró que será más ventajoso usar este sistema fabricado en la zona, de paso generaría trabajo a la gente afectada por el derrame. Añadió que sería saludable que la empresa privada apoye este esfuerzo local.
Al respecto, el pescador Alejandro Borboy, impulsador de esta iniciativa, rescató la capacidad de generación de trabajo que podría impulsar la producción de estas boyas con plumas y destacó la eficiencia de esta iniciativa en la absorción del crudo. «Lo que queremos es aportar para la limpieza de nuestras playas, pues por esta zona nadie viene», lamentó. Luego, afirmó que «la situación en Ancón está horrible para los trabajadores, los emprendedores, restaurantes, para todos. No es igual como antes».
En tanto, Carlos Borboy, hermano de Alejandro, recordó que tras el derrame se percataron que las aves no podían volar por tener el crudo impregnado en sus plumas. Ante ello, tras cuatro días del derrame recolectaron plumas y compraron materiales. Las plumas fueron lavadas, secadas y colocadas dentro de mangas de 20 pulgadas de diámetro que fabricaron y realizaron una prueba en la playa Las Pocitas. A los pocos segundos, vieron que el mar las botó con la parte externa llena de petróleo.
Añadió que presentaron la idea a Pancho Cavero, quien la viene apoyando. «Lo que requerimos es el apoyo de empresas privadas, incluso de Repsol, para que nos proporcionen la materia prima para las magnas a base de plumas y para así realizar la limpieza. Esto puede ser fuente de trabajo para mucha gente local que ha quedado sin negocios por perder las ventas del verano», afirmó Carlos.
Movimiento inusual de aves y tránsito de camiones
En «Playa Grande» (Santa Rosa), Cavero identificó una cantidad anormal de aves, fenómeno que nunca ha ocurrido antes en esa zona. «Esto no es natural. Las aves están desesperadas por comida. Son animales débiles, intoxicados, que se mueren de hambre. Están al acecho», describió Cavero. Luego alertó diciendo: «Como no hay comida lo que va a suceder es que van a empezar a migrar a sitios que no son los idóneos, que no son su hábitat. Acudirán a las bolsas de basura, a las casas, a distintos sitios».
Cavero afirmó que este asunto es más complejo y no se limita solamente a facilitar alimentos para las aves, pues se requiere la implementación de medidas de fondo. «Hay que limpiar la playa, pero eso no basta. Tenemos que hacer que se reactive la vida. Remediar. Eso va a demorar, mientras tanto tenemos que tener recursos de amortiguamiento para solucionar esto», advirtió el médico veterinario.
Además, alertó que no se puede caer en la falsa impresión que, de modo aparente, da el mar al verse menos contaminado. «Están pasando los días y parece como que estuviera más limpio, pero no es así. Visualmente puede estar más limpio, pero por dentro cada vez está peor. Tenemos que empezar a hablar de remediación, no solo de limpieza. Todo el mar está aceitoso. Hasta brilla el mar», expresó.
Llamó la atención de Cavero y de su equipo la cantidad de huellas que dejan los camiones que van y vienen por la playa llevándose la arena que limpian. Advirtió que en su recorrido perturban a las aves hambrientas y hacen que levanten vuelo. Cavero alegó que no está en contra de la ayuda y que de seguro no se hace eso adrede. Sin embargo, consideró que «si vamos a ayudar seamos conscientes y no generemos un impacto mayor». Recordó que ver las imágenes de animales afectados movió a mucha gente a ayudar, desgraciadamente tal ha sido el impacto sufrido que el 50% de animales recuperados fallece.
En «Playa Grande» Cavero estuvo acompañado de la teniente gobernadora de Santa Rosa, Luz Cabrera, quien compartió su preocupación por el estado de cosas en la zona al «ver a tanta gaviota así desesperadas porque no tienen alimento ante la contaminación hecha por Repsol al botar sus barriles. Qué tristeza. Están desesperadas porque no hay alimento. Lo normal es que estén dentro del mar, tranquilas, pero no en cantidad». Seguidamente, instó a que se realice una labor de limpieza y remediación eficaz en la zona resaltando que no solo se beneficiará el ambiente, sino también la población afectada.
Pesca y turismo local: las otras víctimas
«El impacto en la pesca es al 100%. Tenemos la prohibición de la Capitanía de que nadie sale a pescar. El pescador que vive el día a día no tiene ingresos. Los que están agremiados a la Asociación de Pescadores son 1200, Repsol contrató de 120 a 150. Es una incertidumbre ir a busca trabajo a otro lado. Los negocios muertos», dijo Carlos Borboy al expresar su preocupación por la difícil coyuntura que asfixia la economía de los pescadores tras el derrame de crudo.
Añadió a INFOREGIÓN que ante la presencia de las playas contaminadas, otro rubro que ha sido afectado es el turístico, pues los visitantes que acudían desde Lima ya no llegan a la zona. Como se recuerda, su visita movía el aparato económico en la zona, que tiene en la época veraniega su mejor momento para comercializar productos, rentar alojamientos, entre otros emprendimientos ligados a la temporada vacacional.