Denuncian que construcción de carretera destruirá Bosque de Protección San Matías – San Carlos

El antropólogo Alberto Chirif denunció la inminente destrucción del Bosque de Protección San Matías – San Carlos si se concreta la construcción de una nueva carretera que comunicará la cuenca del Pichis con la carretera central, atravesando la cordillera de San Carlos, para salir luego a la altura de Pichanaki, en el Perené, a mitad de camino entre las ciudades de La Merced y Satipo, en la región Junín.



El estudioso indicó que el Bosque de Protección San Matías – San Carlos fue creado en 1987 como un área natural protegida, con el objeto de preservar la calidad de los ríos que forman el Pichis y aseguró que la construcción de la nueva vía, que ya se encuentra avanzada desde dos frentes, ocasionará su total destrucción.



Según el especialista, quienes están detrás de la construcción de esta nueva carretera son los madereros y personas inescrupulosas que estarían tras la madera que contiene el bosque de protección de San Carlos. Por ejemplo, la empresa Travis, de origen oxapampino, ha ofrecido a la Municipalidad de Puerto Bermúdez construir esta carretera por un monto de tres millones de nuevos soles  a cambio de cosechar la madera.
Tras lamentar la ausencia del Estado en todo este manejo, concretamente del Instituto de Recursos Naturales (INRENA) y del Ministerio de Transportes, Chirif propuso rehabilitar la antigua vía Pichis, que va desde Villa Rica y Cacazo y pasa por la Cordillera de San Matías; así como la carretera que sigue hacia Ciudad Constitución, el Pachitea y Pucallpa, pues argumenta que si hoy no pueden mantenerse operativas ambas vías, menos se podrá financiar y mantener una nueva, que implicará además enfrentar problemas derivados de un suelo recién removido y asumir un nuevo costo ambiental.
«Es ilegal la construcción de carreteras por particulares, y lo es más en este caso porque atraviesa un área natural protegida, un bosque de protección que, de ser destruido, afectará severamente las fuentes de agua de la cuenca del Pichis, y con ello, la de los miles de pobladores que habitan en el valle: ashaninkas y colonos», concluyó.