Por falta de apoyo a la cadena productiva del sacha inchi en el valle de los ríos Apurímac y Ene (Vraem), diez mil hectáreas de esta planta nativa están siendo desplazadas por los cultivos ilegales de coca que van a alimentar las pozas de maceración de los narcotraficantes para elaborar droga.
Así lo denunció Augusta Vila Montaño, representante de Negociaciones Pepe’s, una Mype asentada en la localidad de Rosario (cerca a Ayna – San Francisco) especializada en la producción y comercialización del sacha inchi en sus diversas presentaciones: pepa, aceite, pasta y derivados.
En entrevista con INFOREGIÓN, la productora responsabilizó de este abandono a la actual gestión del presidente regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima Núñez. “Por dejadez en la promoción del sacha inchi por parte del gobierno regional se está volviendo a cultivar coca, especialmente en Palmapampa”, aseguró.
Explicó que muchos cocaleros decidieron apostar por el cultivo del sacha inchi porque el gobierno regional ofreció apoyo, promoción y acceso a mercados. “En vista que ello no ha sucedido, han optado por volver a la coca, pese a que es ilegal”, sostuvo.
Vila Montaño es una de las productoras del Vraem que participa en el “Festival de la Agrobiodiversidad: Frutos de la Tierra”, que este año rinde homenaje a la quinua. El festival culmina este domingo realizará en el Parque de la Exposición.
El sacha inchi es una planta nativa de la amazonia peruana que se produce muy bien en la selva ayacuchana. Contribuye a fortificar el corazón y a mantener estable la presión arterial. Igualmente, favorece la reducción del nivel de colesterol malo en la sangre, reduce la concentración de triglicéridos, y es un alimento ideal para madres gestantes pues favorece el adecuado desarrollo cerebral del feto.
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