Pese a que Puerto Pizarro es el lugar que sirve como punto de llegada para los turistas que quieren conocer el ecosistema de los manglares de Tumbes, en el lugar existen largas extensiones de tubos que llevan los residuos fecales al estero –pantano a modo de lago– del manglar, que además es hábitat de la flora y la fauna.
Según reseña un informe del diario El Comercio, la contaminación es tremenda y se aprecia a escasos metros del embarcadero, donde los pescadores ya se acostumbraron a trabajar en medio de aguas putrefactas y donde, además, arrojan las vísceras de los peces, como el cangrejo rojo y las conchas negras.
De los cinco mil habitantes con que cuenta Puerto Pizarro, el 70% tiene aún silos en sus domicilios y el resto hace cuatro meses logró conectarse a un sistema de redes de alcantarillado.
El ecologista Manuel Peña dijo que ya han formado el Patronato de Desarrollo de Puerto Pizarro y espera que con una inversión del programa Agua para Todos se pueda culminar el resto del trabajo, para que el 100% de los habitantes tenga su red de desagüe, que vaya a una poza de oxidación y no al estero, donde además llegan las aguas putrefactas de las pozas langostineras.
Santuario Nacional Manglares de Tumbes
Es un área protegida del Perú. Antes estos manglares abarcaban 28 mil hectáreas pero se han reducido en un 20% debido a la tala de bosques para criaderos de langostinos.
Existen 33 especies de caracoles, 34 de crustáceos, 24 de moluscos con concha y 105 de peces. También más de 200 especies de aves –muchas en peligro de extinción–, como la fragata, y mamíferos en situación amenazada, como el perro conchero, la nutria del noroeste, el oso manglero y el cocodrilo americano.
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