Según informó el departamento de prensa del Observatorio Petrolero de la Amazonía Norte – Puinamudt, la Federación de Comunidades Nativas del Corrientes (FECONACO), denunció enérgicamente la “irresponsable” actitud de la empresa Pluspetrol ante los daños por contaminación en la cocha Atiliano.
“Sobre el caso, llama atención la larga historia de contaminación de esta laguna y la falta de remediación eficiente sobre este flagrante hecho” señalaron.
La cocha Atiliano se encuentra en la comunidad nativa Pucacuro, distrito de Trompeteros. Por su ubicación próxima a la comunidad y la abundante presencia de peces y recursos, esta cocha es una de las principales fuentes para la alimentación de la comunidad y de animales del monte. Además, por ser una gran fuente de agua, es un punto estratégico en todo el ecosistema del lugar.
Lamentablemente, Pucacuro se encuentra en una zona históricamente castigada por la actividad petrolera en el Lote 8. La cocha Atiliano y otras fuentes de agua cercanas a la comunidad no se libran de ese mal y sufren todas las consecuencias del caso.
Según la FECONACO, desde 1970 la cocha Atiliano sirvió como botadero de derrames y aguas de producción petrolera. A la llegada de Pluspetrol el 2000, esta rutina no varió en mucho. Sin embargo, luego de un tiempo, esta cocha quedaría en abandono, sin ningún tipo de remediación eficiente, salvo algunos intentos superficiales en el 2004, por lo tanto, ineficientes.
El seguimiento de los niveles de contaminación en la cocha también se puede hacer por medio de documentos oficiales. En 1984, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana –IIAP, informó sobre altas concentraciones de metales pesados en Atiliano. En 2006, la Dirección General de Salud – DIGESA, reconoció en más de la mitad de la población de Pucacuro la presencia de metales pesados e hidrocarburos totales de petróleo.
La contaminación en la cocha Atiliano es un hecho incuestionable y de evidencia inmediata. En julio de 2011, Pluspetrol inicia estudios en la cocha para determinar los índices de contaminación. Pero, por otra parte, la empresa nunca incluyó en ningún Plan Ambiental Complementario a la cocha Atiliano, hecho que evidencia el grado de interés que la petrolera da a este serio problema de salud y ambiente en Pucacuro.
Es 2012 y en la comunidad de Pucacuro los pobladores no quieren “que la Pluspetrol juegue con sus vidas”. En una asamblea convocada en abril por los propios comuneros, un representante de Pluspetrol, la Feconaco, un Fiscal de Provincia de Loreto – Nauta y las autoridades de la comunidad, realizaron acuerdos para actuar de inmediato sobre este asunto. El principal acuerdo fue invocar a la empresa petrolera en la aceleración del proceso para hallar resultados en los análisis de 2011 y realizar una nueva reunión en la comunidad para la quincena de mayo.
Aquel abril, luego de la asamblea, el Fiscal realizó un acto de constatación del nivel de presencia de hidrocarburos. Según cuenta Vidal Ccoa, asesor legal de Feconaco, luego del acto el Fiscal señaló: “(…) al introducir un palo dentro del agua que llega hasta el sedimento se observa que sale burbujas de color negro y estando en la superficie éstas comienzan a expandirse generando una capa parduzca verdoso como una especie aceitosa; mencionaron los moradores que toda la extensión de la cocha se encuentra impregnada de hidrocarburos en el fondo del agua”.
La reunión pactada para mayo fue pospuesta unilateralmente por la Pluspetrol. Según este punto de vista, sin ninguna consulta, la salud y el medio ambiente en Pucacuro debe esperar más.
Luego de esta decisión de la petrolera, el comunicado de respuesta de la FECONACO expresa: “(…) exigimos remediación inmediata de nuestra Cocha y responsabilizamos a la empresa PLUSPETROL NORTE S.A. de cualquier conflicto que vaya a generar su negativa de asistir a la comunidad, fuimos pacientes y agotamos todas las instancias del dialogo, nuestras vidas también merecen respeto”.
Como hace más de 20 ó 30 años, Pucacuro y la cocha Atiliano se mantienen bajo los influjos de la contaminación y el abandono. Ni la empresa da visos de dar solución al problema, ni el Estado asume una presencia más enérgica como fiscalizador de la empresa. Mientras tanto, impune y operando, la contaminación permanece.