El Servicio Nacional de Sanidad Agraria, SENASA-Huánuco no alertó a los pobladores del distrito de Aucayacu sobre los casos de rabia bovina silvestre que se presentaron en la zona, con el fin de evitar la oferta de la carne contaminada.
Ante los hechos, el director ejecutivo del Servicio Nacional de Sanidad Agraria, SENASA-Huánuco, Eslander Céliz Vásquez, se trasladó a la zona y aseguró a los poroductores que la enfermedad está controlada y que se presentaron sólos dos casos en el distrito de José Crespo y Castillo.
Agregó que el personal de la entidad que preside actúa directamente y de forma inmediata en los lugares afectados.
En ese marco precisó que por ello, se vacunó a los ganados en las zonas focales de riesgo con el fin de evitar la expansión de la enfermedad.
Sin embargo, sostuvo que la rabia bovina silvestre no puede ser controlada definitivamente y advirtió que se pueden producir algunos rebrotes debido principalmente al ambiente geográfico y las condiciones climáticas propicias para la supervivencia de murciélagos transmisores de la enfermedad.
Céliz Vásquez realizó estas declaraciones en el marco del taller “Capacitación de tratamiento de plaguicidas químicos de uso agrícola e insumos pecuarios” realizado en el auditorio de la municipalidad de Aucayacu, en donde se entrevistó con los comerciantes que ofertan productos tóxicos y con los matarifes y ganaderos de la zona.
Ganaderos afectados
Eslander Céliz aseguró que uno de los casos de la rabia bovina silvestre se produjo en el caserío Las Mercedes, ubicado a 5 kilómetros al noroeste de Aucayacu.
Ahí el ganadero Miguel Onofre Guevara, perdió cerca de cinco mil nuevos soles por la muerte de seis reses con esa enfermedad. Cada animal pesaba entre 90 y 100 kilos.
Presente en el taller Onofre Guevara aseguró que luego de la muerte de sus vacas procedió a enterrarlas.
Se supo asimismo que no hicieron lo mismo otros ganaderos del caserío San José de Pucate, en la margen izquierda del río Huallaga, que perdieron también a sus animales.
«Estos ganaderos procedieron a ofertar sus reses en los mercados de la zona”, aseguró Onofre.
Todos sabían
“El centro de salud, el municipio de Aucayacu y el SENASA, sabían de la enfermedad que mató a mis animales, pero ni siquiera declararon en cuarentena esta zona, nadie avisó, nadie apoyó, denunció el ganadero.
Prercisó que tras la muerte de sus reses, mandó a vacunar contra la rabia a todos sus trabajadores, y cada uno recibió siete dosis en el centro de salud de Aucayacu.
Onofre denunció que algunos veterinarios particulares que trabajan en convenio con SENASA y el experto en animales de la municipalidad de Aucayacu, aprobaron la venta de esta carne en los mercados de Aucayacu, pese a que sabían que las reses presentaron esos síntomas del mal.