«El ambiente y el estilo de vida, tanto como la situación política, social y económica son determinantes para la situación sanitaria y la sensación de bienestar de cada persona: Un ambiente sano en cada hogar y en cada comunidad es una necesidad básica e inherente a la dignidad humana».
Así lo señala el artículo «La Salud Ambiental y su Gestión», de Cristian Frers, técnico superior en Gestión Ambiental, quien consideró que el desarrollo de las actividades de investigación, vigilancia, control y minimización de las causas que afectan negativamente al ambiente perjudican la calidad de vida de la población en el marco de la promoción y protección de la salud.
El artículo señala que el estado de salud de las personas es consecuencia del deterioro del ambiente y que no es raro que las primeras manifestaciones de los problemas ambientales se reflejen en la salud de la población.
La nota detalla que los problemas originados por los déficits de los servicios sanitarios, por la contaminación del aire, el agua, el suelo o por las condiciones de los lugares de trabajo, se hacen notar rápidamente en la ciudadanía. «Tener un ambiente sano y agradable, en armonía con la naturaleza, es un derecho básico del ser humano, indispensable para poder realizarse en la sociedad», precisa la nota.
En ese sentido recomienda implementar políticas y planes de ordenamiento territorial que incorporen instrumentos para la gestión del riesgo y promover y vigilar la calidad del agua de consumo humano para lograr una sensible disminución de la incidencia de las enfermedades de origen hídrico.
Fomentar el eje sanitario en la educación
Asimismo, recomienda impulsar la extensión de redes de distribución de agua potable, fomentar la extensión de redes cloacales y el tratamiento de aguas servidas y excretas, así como contribuir a la aplicación de políticas saludables en relación con escuelas públicas y procurar el manejo sanitario integral mediante una adecuada gestión de los residuos sólidos.
También señala que es necesario promover la incorporación del componente sanitario ambiental en la educación formal y no formal y la instalación de emprendimientos productivos limpios que hagan énfasis en el uso racional de la energía y en el empleo de energía renovable.
A eso debe sumarse, señala el documento, el control de la proliferación de roedores y otras plagas, la identificación de áreas de riego mediante técnicas de monitoreo de la calidad de aire, la incorporación de los principios de la epidemiología ambiental para el mapeo de zonas con presencia humana. Y por último, contribuir y colaborar con el diseño, funcionamiento y control de las instalaciones de los servicios sanitarios.