“Nos sentimos por una parte abandonados y por otra parte decepcionados. Es más, yo podría decir, que discriminados”, dice un profesor la Institución Educativa Juan Quiroz Cueca del centro poblado Chiringayoc, provincia de Tahuamanu, región Madre de Dios.
Entre marzo y junio de 2013, la Defensoría del Pueblo supervisó 451 escuelas rurales, entre las que se encuentran las de esta región, de las cuales ha recogido importantes testimonios que dejan en claro la situación de la educación rural en el país.
Muchas de estas escuelas no cuentan ni con servicio de agua potable, energía eléctrica o servicio telefónico. “La educación que está llevándose acá no es la que queremos todos. Se hace lo que se puede”, comenta un profesor de esta institución.
Como señala la Defensoría, la experiencia de los docentes es clave para comprender esta compleja realidad. “El docente no es solamente profesor de aula, también es director, también es auxiliar, también es personal de aseo. En la institución educativa hace de todo”, documenta un vídeo.
Por otro lado, hay profesores que se ven obligados a abarcar muchas aulas y muchos grados por sí mismos, además de tener que salir de sus comunidades constantemente hacia la capital para realizar cualquier trámite, lo que genera que abandonen las escuelas, que se encuentran muy lejos de los sitios de trámite.
”El gobierno central siempre está pensando en las grandes urbes, pero nunca mira la realidad de la instituciones que están en zonas rurales y, más aún, en las amazónicas. Yo puedo tener mucha iniciativa, pero si no tengo el presupuesto, no me va a dar para tener al total de instituciones educativas”, señala José Sotomayor, director regional de Educación en Madre de Dios.
“¿La oferta educativa resulta compatible con la realidad social?” “¿Qué prioridad le estamos dando a la educación en el Perú?”, son las preguntas de las que parte este análisis de la Defensoría del Pueblo.