El principio básico de la epidemiología es que la propagación de una enfermedad infecciosa no es un evento aleatorio. Cada individuo en una población tiene un conjunto único de características y niveles de exposición (factores de riesgo) que determina su probabilidad de contraer la enfermedad. Los componentes claves son huésped, agente y medio ambiente, cuya interacción controla las condiciones para la transmisión de enfermedades infecciosas. Los cambios en cualquiera de estos alteran esta probabilidad de expansión.
El patógeno viral SARS-Cov2 causante de la enfermedad COVID-19, identificado por primera vez en China en 2019, a junio del 2020 ha reportado 7.6 millones de infectados y 426 919 muertes en todo el mundo. En el Perú, según el Ministerio de Salud, se han reportados más de 220 749 infectados y 6 309 muertes. Las condiciones medioambientales en que se desarrolla la transmisión del SARS-Cov2 son fundamentales para entender la propagación del virus.
Basándose en datos epidemiológicos obtenidos de la región del Tíbet en China; Bolivia, cuya tercera parte de su territorio se encuentra en regiones de gran altura; y Ecuador, cuya mitad de su población reside también en regiones de mayor altitud, el departamento de Medicina de la Universidad de Quebec (Canadá) hizo un estudio cuyos resultados muestran una clara disminución del impacto de la infección del SARS-Cov2 en regiones sobre los 3 000 metros de altura. Las razones podrían estar relacionadas con factores medioambientales y fisiológicos.
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