El 3 de marzo de 2020, Ángela Alcidia Huaycama Huaratapairo (56), sabia del pueblo kukama en la región Loreto, se despertó asustada: en sueños vio a un hombre con mascarilla facial postrado en una cama. En ese momento supo que una grave enfermedad llegaría para arrasar con su pueblo. Un año después, en plena segunda ola de la pandemia, la indígena soñó que esperaba una salvación junto a sus hermanos: la vacuna.
Un mes después de aquel primer sueño premonitorio, su esposo, Víctor Aguanari Zamani, enfermó. Desde entonces, la sabia ha recurrido a plantas medicinales, como eucalipto, matico, kion, hierba luisa, ajos, para tratar de dar algo de alivio a los síntomas de los indígenas y colonos afectados por la Covid-19.
Desde abril, todos los días Huaycama recorre las comunidades indígenas del distrito de Nauta, en Loreto, para paliar los síntomas de enfermos con plantas medicinales. Dice que el virus se ha vuelto más agresivo en la segunda ola y teme que la situación empeore. Su esposo se volvió a contagiar en diciembre del año pasado y recién se ha librado de la Covid-19, luego de meses de batalla.
“Estamos esperando la vacuna, comprendo que salvará más vidas”, dice. Sin embargo, reconoce que la falta de información y difusión de información falsa están generando miedo entre los indígenas. Por eso, la kukama pide al gobierno informar a las comunidades cómo funciona la inmunización contra la Covid-19.
Así como Ángela Huaycama, muchos otros indígenas de la Amazonía y también de los Andes peruanos esperan recibir las inmunizaciones contra el nuevo coronavirus. Están cansados de que la enfermedad arrase con sus pueblos: según la Sala de población indígena con Covid-19, desde agosto de 2020 hasta la fecha hay más de 27 mil casos confirmados y 178 defunciones.
La información de la Sala, sin embargo, es limitada y está desactualizada. Sus datos no permiten conocer el real impacto de la Covid-19 en las poblaciones indígenas. Por lo tanto, no es posible tener un registro certero del total de contagios y muertes. Tampoco los porcentajes por rangos de edades o por género; o si los afectados viven en comunidades o en zonas urbanas. Según los datos disponibles en este documento, las poblaciones indígenas con más contagios son: awajun (7.763), kichwaruna (5.734), asháninka (2.411), shipibo-konibo (2.038).
“No hay información suficiente sobre la Covid-19 en pueblos indígenas. Sin embargo, en regiones donde hay datos, la tasa de contagios es mayor a la tasa de las zonas urbanas del Perú y la mortalidad está por evaluarse, porque aún no hay datos precisos”, explicó Carol Zavaleta, médica y doctora en geografía de la salud.
Ahora bien, ¿se sabe cuántos indígenas habría que inmunizar? El gobierno tampoco ha ofrecido información detallada, pero el Ministerio de Cultura indica, en base a la información del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), indica que la población que vive en estas comunidades es de alrededor de 2’014.534 personas (470.591 en la Amazonía y 1’543.943 en los Andes).
El panorama es desalentador, si se tiene en cuenta que, según un informe de la Defensoría del Pueblo, de cada diez comunidades indígenas y campesinas solo cuatro cuentan con estos establecimientos. Es decir, el 60% de las casi 7 mil comunidades del país no pueden acceder a servicios de salud en su propia localidad. Esta misma entidad señala que para 2.159 comunidades indígenas amazónicas de 11 regiones, solo hay 359 establecimientos de salud.
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