El analista en temas de narcotráfico y terrorismo Rubén Vargas consideró que la corrupción al interior de las instituciones públicas encargadas de controlar el ingreso de insumos químicos al valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE) es la responsable de que los laboratorios de producción de pasta básica de cocaína sigan creciendo y llamando la atención de cárteles internacionales.
Al respecto, el experto opinó – en conversación con el noticiero INFOREGIÓN Noticias de Huamanga – que los controles de ingreso de insumos químicos en las rutas de acceso al VRAE no están cumpliendo su función, puesto que estarían dejando pasar la mercancía por las carreteras Quinua- San Francisco y Tambo-San Antonio, que se encuentran desprotegidas.
“Para el procesamiento de hoja de coca que produce el VRAE se necesitan 1500 galones de kerosene diarios y esas cantidades no ingresan en las maleteras de los autos, sino ingresan en camiones cisternas hasta los mismo laboratorios” subrayó el analista.
Del mismo modo, sostuvo que la “buena intención” del gobierno de prohibir la comercialización de kerosene en el VRAE no ha tenido un efecto concreto, puesto que este combustible sigue entrando a la zona y alimentando al mercado negro del narcotráfico.
“En el actual gobierno, la lucha antidrogas se ha visto estancada. A esto se le suma la corrupción y falta de seriedad de las autoridades de turno en la lucha contra el narcotráfico, que definitivamente tiene mucho que ver con la dimensión del problema del narcotráfico”, finalizó.