Coronavirus: ¿Cómo viven las comunidades nativas de Loreto en plena emergencia?

“En cuestión de medicina dicen que están desabastecidos, tampoco tienen mascarillas. Entonces, si hubiera un infectado de coronavirus: ¿cómo lo llevarían de acá cuando no contamos con movilidad y cuando ni siquiera tienen protección los de la posta? Por eso, el técnico no se alegra cuando dicen que están dando fondos para salud, porque acá no llega ese fondo”, comenta preocupada Erica Caro desde la comunidad Esperanza a unas cuatro horas de Iquitos. La posta que ella menciona es el único centro de salud en la cuenca del Tahuayo y, por lo tanto, este establecimiento es hasta donde tienen que llegar las poblaciones de las otras comunidades si requieren atención médica.

Loreto, el departamento más extenso del país, es el hogar de 1207 comunidades nativas, además de comunidades campesinas y centros poblados ubicados en zonas ribereñas. Estas localidades tienen en común su lejanía de las ciudades, la falta de atención con servicios básicos como educación, agua potable y salud pública.

A esto se suma la falta de comunicación telefónica de muchas comunidades tras el fin del contrato de concesión entre el Estado y la empresa Gilat to Home Perú S.A, que brindaba servicio de telefonía rural a localidades que, debido a su ubicación geográfica, no cuentan con cobertura móvil.

En este escenario, cuando el Gobierno anunció el Estado de Emergencia y las medidas que se tomarían para prevenir la propagación del COVID-19 en el territorio nacional, las organizaciones indígenas hicieron un llamado a sus federaciones de base a llevar el mensaje de prevención e instar a las comunidades nativas a ratificar la cuarentena, impedir el ingreso de foráneos, evitar asambleas o fiestas comunales que conlleven la aglomeración de personas y estar atentos ante la aparición de síntomas en personas que hubiesen estado fuera de la comunidad en los últimos días.

“Nosotros nos hemos organizado y priorizamos defender la salud de nuestra población y las demás poblaciones”, manifiesta Cesar Mozombite desde la comunidad de Cuninico, a unas ocho horas de Iquitos. Cesar nos cuenta que, en su comunidad, en la que ya tienen experiencia organizándose para defender sus derechos, han tomado medidas como impedir el pase de foráneos y han establecido protocolos para el abastecimiento de víveres y la compra y venta de productos de otras comunidades.

“Cuninico es un pueblito con casi 750 habitantes, entonces las comunidades pequeñas traen a vender sus productos como yuca, guaba, maíz, verduras, pescado, entre otros, y para ellos también se han puesto reglas, como tener un lugar adecuado y un horario establecido. Además, la gente debe ir a comprar guardando distancia”, indica Cesar.

Organización versus desabastecimiento

Pero no todas las comunidades han tomado de la misma manera las medidas de prevención dispuestas por el Gobierno. Por ejemplo, la población de la comunidad Maridicai en la cuenca del Putumayo, continúa movilizándose hacia El Estrecho, localidad en la que se abastecen de víveres. Aunque han recibido información por parte de las organizaciones indígenas no están acatando la cuarentena.

Algo parecido ocurre en Santa Clara de Ojeal, centro poblado ubicado en el Amazonas a unos cuarenta minutos de Iquitos, que pese a no estar tan lejos de la capital de Loreto no cuenta con servicios básicos como electricidad o agua potable. Aquí la población no termina de entender la magnitud de la emergencia, quizás porque el coronavirus les resulta un punto más en la larga lista de problemas con los que lidian.

De hecho, en este centro poblado, al igual que en la comunidad de Esperanza, una de las mayores preocupaciones en estos días es el desabastecimiento de víveres de primera necesidad, pues con la restricción del transporte fluvial se quedan sin poder movilizarse a comprar en otras localidades.

“Salir a comprar los víveres si está un poco difícil porque no hay movilidad. Las lanchas ya no están pasando porque para venir necesitan un buen presupuesto y para ello no solo llevan carga sino llevan también pasajeros, pero como ahora no pueden transportar personas, no están saliendo”, señala Erica Caro, de la comunidad Esperanza.

Los mineros ilegales no descansan

En la comunidad Diamante Azul, en la cuenca del Nanay, sí vienen acatando las medidas de prevención dispuestas por el Gobierno. Sin embargo, los que no dan tregua en esta zona son los mineros ilegales, quienes continuarían con sus actividades aprovechando la emergencia nacional. “Para ellos todavía es mejor, les favorece y siguen trabajando. Acaba de pasar un bote llevando petróleo, entonces vemos que siguen trabajando y así es todos los días. Desde que ha empezado la cuarentena es mejor para ellos porque nadie más pasa”, denuncian desde Diamante Azul.

Datos:

  • La Dirección Regional de Salud (Diresa) de Loreto ha cursado un documento a la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (Orpio) y a la Coordinadora Regional de los Pueblos Indígenas de San Lorenzo (Corpi SL) indicando la implementación de un sistema de vigilancia complementaria para coronavirus, en el que indican el protocolo para la detección de posibles casos, y piden a las organizaciones su colaboración y la de sus federaciones para canalizar la presencia de casos sospechosos en sus territorios.
  • La Asociación Interétnica de la Selva Peruana (Aidesep) y Orpio han elaborado materiales con enfoque intercultural para comunicar a las federaciones y comunidades sobre el coronavirus y las medidas de prevención.

Fuente:  https://www.actualidadambiental.pe/