La ciudad danesa de Copenhague ha sido elegida como Capital Verde Europea para 2014. El premio fue presentado por el Comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, en una ceremonia celebrada en Vitoria-Gasteiz, España, que ostenta el título este año 2012.
Copenhague recibió una mención especial por sus logros, especialmente, por la innovación ecológica y la movilidad sostenible, su compromiso por desarrollar una economía verde y tener una estrategia de comunicación excepcionalmente prometedora. El comisario Potocnik señaló que hay que aprender de la ciudad danesa por sus esfuerzos para mejorar el medio ambiente y la calidad de vida de los ciudadanos, a la vez que se generan nuevas oportunidades de negocio.
El premio Capital Verde Europea es un premio anual que impulsa la mejora de la calidad de la vida urbana, teniendo en cuenta el medio ambiente en la planificación y gestión urbana. El jurado ha considerado el Modelo de Negocio Verde de Copenhague como un ejemplo de desarrollo económico sostenible, como una lucha contra los problemas ambientales, económicos y sociales, con un gran potencial de implantación en otras ciudades del mundo.
Copenhague desarrolla su modelo con cooperación público-privada para llegar a la ecoinnovación y el empleo sostenible. La ciudad trabaja con empresas, universidades y organizaciones para crecer de forma sostenible. Su proyecto de Puerto Norte es un buen ejemplo. Incluye un “Laboratorio Verde” que estudiará y desarrollará tecnologías ecológicas.
El jurado también ha destacado que Copenhague cuenta con un buen modelo de planificación y diseño urbano. Es una ciudad pionera en la movilidad sostenible. Su objetivo es ser la ciudad más accesible del mundo para los ciclistas y que el 50% de las personas se desplacen en bicicleta al trabajo o al centro de estudios para el año 2015. Ya lo hacen un 35%. En 2025, quiere ser neutra en emisiones de carbono.
Las ciudades finalistas fueron Bristol y Frankfurt. Bristol sorprendió al jurado con una visión ambiciosa de la sostenibilidad que implica una variedad de redes urbanas, incluidas las ONG, las empresas locales, las académicas y los voluntarios. Su compromiso para reducir el cambio climático y su política de aire limpio y el ruido también fueron elogiados.
Los planes de Frankfurt para mejorar la eficiencia energética de los edificios de nueva construcción, su excelente gestión de los residuos y las numerosas zonas verdes abiertas fueron los puntos a favor tenidos en cuenta para esta ciudad.