Una creciente tensión en las zonas cafetaleras del país ha comenzado a sentirse al conocer que el Poder Ejecutivo observó el proyecto de ley aprobado por el Congreso de la República que precisa la vigencia de la ley de cooperativas aprobada en 1981, y sus efectos en materia tributaria en operaciones internas que los socios realizan con su organización.
Consideran que los reparos del Consejo de Ministros se basaron en información distorsionada brindada por la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT), al referir que la finalidad cooperativa -de ayuda mutua y solidaria- es similar a una sociedad anónima cuyas utilidades se distribuyen en función a sus acciones.
“Con este raciocinio ya no hay motivo para que existan cooperativas en el país, y sobre todo aquellas que en las zonas de violencia y economía ilícita, como son las constituidas por pequeños productores de café y cacao”, advirtió César Rivas Peña, presidente de la Junta Nacional del Café.
El directivo emplazó a la SUNAT a demostrar el origen de las deudas tributarias que según la autoridad tributaria sumarían 550 millones de soles.
“Si corresponden a determinaciones técnicamente calificadas, y no a errores en las acotaciones deben honrarse. En nuestras cooperativas cafetaleras no hacemos perro muerto, y no desaparecemos, porque nuestras fincas no las empaquetamos y cargamos de un sitio a otro”, afirmó el dirigente cafetalero.
“ Lo que ocurre es que alguna gente de la SUNAT salta al cuello de las cooperativas cuando pedimos devolución del crédito fiscal, derecho legítimo como toda empresa formal, e inventa fallas para no devolver tales fondos, como desconocer las operaciones internas con Documento de liquidación de compra, o no bancarización de adelanto a socios donde no hay bancos. Contra estos abusos queremos se ponga fin mediante una ley de precisión de vigencia de la ley de cooperativas”, insistió Rivas.
Informó que hay varias cooperativas acotadas mediante estos criterios arbitrarios, y de no corregirse, se verán obligadas a desaparecer, y de alguna manera se favorecerá la informalidad económica en zonas de violencia. “Nosotros no creemos que esto quiera apoyar el gobierno. Confiamos que habrá una corrección a través del Congreso, donde hasta ahora hay comprensión a estas nuestras preocupaciones”, dijo el dirigente de las cooperativas cafetaleras.
“Los cafetaleros queremos tranquilidad para nuestras organizaciones y familias, a fin de seguir ganando lauros para nuestro país. Ya sufrimos demasiada violencia en décadas pasadas, para seguir ahogándonos en la inestabilidad social de la economía ilícita. Por favor no apoyan la informalidad en el agro de la selva alta, desconociendo la misión de nuestras cooperativas, finalizó Rivas.