Las nuevas autoridades ediles y regionales que integran el valle de los ríos Apurímac y Ene, VRAE, deberían promover acciones de educación y sensibilización para formar ciudadanos comprometidos que encabecen movilizaciones de protesta contra el deterioro ambiental producto del narcotráfico, invocó el investigador ambientalista, Alejandro Gómez Silvera.
En conversación con INFOREGIÓN indicó que el narcotráfico es la principal causa de los daños irreversibles en el medio ambiente, pues genera la destrucción y fragmentación de bosques y la contaminación de ríos y suelos, y por las enormes cantidades de los agroquímicos y químicos que son arrojados en los suelos, cauces de quebradas y ríos afectando la salud en la población, sobre todo en los niños y madres gestantes.
Sin embargo, en el VRAE ni las autoridades locales, ni la población, han iniciado movilizaciones de protesta contra el deterioro ambiental producido por el narcotráfico; tal vez esto se deba a la insuficiente información que tienen sobre los efectos que genera en la salud y el medio ambiente, señaló el especialista.
Gómez Silvera dijo además, que la actividad delictiva del narcotráfico en el VRAE, viene postrando en la pobreza y calidad moral a sus pobladores desde hace más de 25 años, sobre todo en la vida de los jóvenes de muchas generaciones, inutilizados por participar en la cadena productiva del narcotráfico y envueltos en un clima de inseguridad y violencia.
Recordó que el VRAE, es la segunda cuenca más importante después del Alto Huallaga, cuenta con una superficie de 17,486 hectáreas de cultivo de coca y una productividad por encima del promedio nacional, con 3.450 toneladas métricas por hectárea al año, por su densidad y manejo altamente tecnificado del cultivo, que lo ubica en el primer lugar de producción en cuanto a oferta de hoja de coca y potencialmente de PBC y clorhidrato de cocaína.
“Lo cierto, es que en el VRAE, no se percibe aún una voluntad de la población por sus derechos socio ambientales, a pesar de que desde hace muchas décadas atrás, producto del narcotráfico, se han venido deteriorando los bosques, agua y suelo, al punto que hoy se enfrenta problemas muy serios de deforestación, fragmentación de bosques, degradación de suelos, contaminación y agotamiento de las fuentes de agua, desaparición de biodiversidad, entre otros impactos negativos”, alertó el experto.