“Estas elecciones han reflejado las deficiencias de la clase política y polarización de la ciudadanía que enfrenta nuestro país. Nuestros agricultores familiares, las comunidades campesinas y nativas siempre han sido consideradas poblaciones de segunda clase. Sin embargo, se olvidan de que somos más de 2,2 millones de familias campesinas que durante la pandemia hemos provisto del 70% de los alimentos a nivel nacional. Por ello defendemos al voto rural, también, tenemos el derecho de elegir a nuestros representantes”, dijo Clímaco Cárdenas, presidente de Conveagro.
Dicha consideró además: «Lamentablemente, el racismo, clasismo y desprecio es una muestra histórica de la realidad peruana. Donde los insultos al votante rural con adjetivos tales como “ignorantes”, “cholos”, “resentidos”, “revoltosos”, entre otros totalmente inaceptables. Rechazamos tajantemente estos calificativos. Los hombres y mujeres de la agricultura familiar han votado a favor del cambio de modelo económico, donde el crecimiento se logra a expensas de la profundización de la pobreza y desigualdad».
“Desde que comenzó la pandemia, no hemos recibido ningún tipo de protección significativa del Estado. Esta situación también responde al modelo económico en el que vivimos, en el que se prioriza solo a la gran empresa privada, sin pensar que todos somos peruanos y que merecemos, por lo tanto, el mismo respeto y consideración. Hemos sentido el abandono por parte del Estado peruano por muchos años; y por ello, exigimos ser representados en este nuevo gobierno. Apostamos por un nuevo marco constitucional donde se reconozca y valore nuestro aporte” agregó Cárdenas.
En ese sentido, se añadió que «confiamos en que la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones están haciendo un trabajo impecable, a favor de la democracia de nuestro país. Por ello, reconocemos su trabajo como instituciones independientes y solventes. Y esperamos que hagan cumplir nuestros derechos sin dejarse manipular por los intereses históricos de los grupos económicos de poder».