El responsable del área forestal de la Cámara Nacional Forestal, Clodoaldo Credo Valdivia, sostuvo que los verdaderos responsables de la depredación de los bosques amazónicos no son los madereros sino que esto es culpa de los agricultores migratorios que muchas veces necesitan tener chacras en zonas protegidas.
«No podemos pensar que el depredador es el maderero, sino que el verdadero deforestador es el agricultor migratorio que tiene que hacer chacras a veces en áreas de protección, en área forestal. Como nadie lo controla, todo lo tiene a su libre albedrío», comentó en diálogo con INFOREGIÓN.
Explicó que, según las estadísticas, en Ucayali los madereros extraen legalmente de sus concesiones entre 20 y 30 metros cúbicos de madera por hectárea, en tanto que en el Alto Huallaga, el productor forestal obtiene de tres a cinco metros cúbicos por hectárea.
«Eso quiere decir que en una hectárea de bosque solo puedes tumbar alrededor de tres árboles máximo, no se puede tumbar más», destacó.
Por eso, invocó a los administradores forestales a realizar inspecciones que permitan determinar quiénes son los que vienen deforestando la amazonía y tomar las acciones legales que correspondan.
Lanzan campaña de sensibilización para el manejo de bosques
De otro lado, la Cámara Nacional Forestal lanzó una campaña de sensibilización denominada “Contribuyamos al manejo de los bosques utilizando madera de origen legal”, que busca mantener informada a la población sobre los beneficios que genera el manejo forestal sostenible y el comercio de madera de origen legal, así como la necesidad de erradicar la tala y la venta de madera ilegal.
“Hemos iniciado la campaña de sensibilización que concluirá el lunes próximo. Esta campaña es parte del proyecto que ejecutamos en la Cámara Nacional Forestal para fortalecer las cadenas productivas de madera en Tingo María, en otras ciudades del Valle del Alto Huallaga y en otras zonas de la amazonía peruana”, indicó el ingeniero Walter Nalvarte, director del proyecto.
Señaló que la tala ilegal de madera se produce por problemas económicos y sociales que hacen difícil conservar el patrimonio forestal de nuestro país. Explicó que el deber de cuidar los bosques colisiona muchas veces con la necesidad de trabajar que tiene la población.
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