En un artículo publicado en Internet por la revista Integral titulado «Detergentes Multiusos», Manuel Núñez y Claudia Navarro sostienen que los usuarios deben preferir detergentes simples y con ingredientes no petrolíferos, pues algunos de ellos pueden desencadenar alergias e irritaciones, e incluso existe la sospecha de que los que derivan del formaldehído generan cáncer. Reproducimos a continuación los argumentos expuestos por los autores.
Detergentes Multiusos
Los limpiadores multiusos prometen llevar la limpieza a cualquier superficie que se puede limpiar en húmedo. Y, en general, los resultados son buenos desde el punto de vista de la apariencia. Además, son una alternativa fácil ante la oferta excesiva de productos que abarrota las estanterías de los supermercados y droguerías: limpiadores de cristales, de baños, extra fuertes, abrasivos, antibacterianos… La verdad es que la variedad, más que una ventaja, es un riesgo por la cantidad de compuestos contaminantes que vierten en los desagües.
El continuo lanzamiento de productos al mercado sólo obedece a una pura estrategia de mercadotecnia. En relidad, las fórmulas son prácticamente idénticas. Uno de los ingredientes más repetidos es el aroma artificial de cítricos, porque los estudios muestran que los consumidores los asocian instintivamente con la limpieza. No se necesita tanto detergente, cada uno con su envase contaminante de plástico y su lista de ingredientes sofisticados, para mantener la casa limpia. Las personas que se simplifican más la vida optan por un cubo de agua y un único producto, como la pastilla de jabón tipo piedra blanca. Este producto está compuesto por arcilla blanca micronizada, copos de jabón, grasas vegetales, sodio y aceite de limón. Es biodegradable, pero hay opiniones contradictorias entre los usuarios sobre su eficacia en todo tipo de superficies. En buena parte, como con cualquier otro producto, en los resultados también intervienen la fuerza y la técnica de quien realiza la limpieza.
La potencia de una fórmula depende esencialmente de los ingredientes tensioactivos, que actualmente deben ser biogradables por ley. Los compuestos más problemáticos son los perfumes, que pueden alterar el sistema hormonal, así como los conservantes sintéticos, como el methylchloroisothiazolin, que desencadena alergias e irritaciones. Algunos, como los derivados del formaldehído, están bajo sospecha de producir cáncer. Para reducir los riesgos para la salud y el entorno se recomienda elegir el producto con la lista de ingredientes más corta y utilizar dosis menores a las recomendadas por el fabricante. Hay que tender al “cuanto menos, mejor”, lo que además es bueno para el bolsillo. Otros consejos son preferir siempre las presentaciones líquidas que se diluyen en agua y protegerse las manos con guantes.
Limpiador improvisado
También se puede recurrir a un detergente específico que nos guste y utilizarlo como un multiusos. Los lavavajillas contienen una proporción alta de tensioactivos y puede utilizarse en todas las superficies de la cocina y el baño diluyéndolo en abundante agua.
Los productos con algún aval ecológico son preferibles. Los que muestran la flor ecológica europea están sometidos a normas más estrictas. Por otra parte, las marcas ecológicas tradicionales, como Almacabio, Ecover, Eco Lino, Ulrich o Urtekram fabrican los detergentes menos lesivos para el entorno gracias al uso de ingredientes de origen vegetal en lugar de derivados del petróleo.