APURÍMAC. El Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) difunde la iniciativa de Lizbeth Garay Terrazas (24), maestra de educación intercultural bilingüe en formación, cuya propuesta tiene como base la necesidad de no perder el idioma quechua al aprender el castellano en el colegio durante el nivel primaria. Esta iniciativa busca que niñas y niños dejen estigmas y hablan su idioma materno abiertamente.
Quechuahablante de nacimiento, ganó la beca integral de educación superior Beca 18 del Pronabec en el 2017. Ingresó a la Escuela de Educación Superior Pedagógico La Salle de Abancay, en Apurímac, y estudiando allí, y luego haciendo sus prácticas, descubrió que la dificultad que ella misma atravesó para aprender castellano sigue presente en muchos niños y niñas de primaria. Además, descubrió la necesidad de preservar el quechua, que se está perdiendo en las nuevas generaciones. Fue así que desarrolló su propuesta educativa.
Luego la joven no quiso dejar de contribuir con los más pequeños y encontró una escuela rural en el centro poblado de Maucacalle. Allí identificó que mientras más se enseñaba el castellano en los colegios, se iba perdiendo el uso del quechua. Así empezó con la educación bilingüe, lo que la llevó a desarrollar su estrategia con canciones, poesías, lecturas y dinámicas de fácil comprensión, para superar barreras como la vergüenza o los estigmas.
“Esta estrategia es el mejor incentivo para lograr un eficaz aprendizaje entre los alumnos, y lo mejor es que está al alcance de todos”, explica la joven. Las dinámicas consisten, por ejemplo, en dividir la clase en grupos y presentar una canción, poema o lectura que haya sido transmitida por sus padres o abuelos, únicamente en quechua.
Sobre los resultados, ella comenta que los chicos perdieron la vergüenza de hablar abiertamente en su lengua materna, y que así se permite conservarla entre los niños. Según el Pronabec, Lizbeth ha aplicado un piloto de esta propuesta en estudiantes de segundo y tercer grado de primaria del colegio donde realiza sus prácticas. Su trabajo será presentado como tesis para su graduación.
“Yo sé que existe mucha discriminación hacia las personas quechuahablantes, por eso quiero enseñarles a los niños que no tengan vergüenza de su lengua originaria, de su cultura”, dice Lizbeth. Añade que su objetivo a largo plazo es crear un libro con las canciones y poesías contadas por sus estudiantes, así como las que ella ha recibido por su propia experiencia, “para que sea un método de aprendizaje del quechua de una manera innovadora, y de esta manera no dejar morir esta lengua”.