Para Russ Carnahan, la situación de La Oroya es un tema de interés para Estados Unidos, por ello envió una carta dirigida a la comisión de Energía y Minas del Congreso peruano manifestando su preocupación por el futuro de la ciudad del centro, debido a que la fundición de Doe Run presenta similares problemas ambientales y de salud pública que en Missouri.
El congresista recuerda que si bien la fundición ha dado muchos empleos también ha generado una grave contaminación medioambiental y problemas de salud pública. También hace una breve comparación con el caso de la fundición de plomo de Doe Run en Estados Unidos, localizado en Herculanem, Missouri.
“La fundición ha operado desde 1892 y fue adquirida por Renco Group en 2004. Por muchos años, familias enteras y niños que han vivido cerca de las instalaciones han estado peligrosamente expuestos a altos niveles de plomo”, señala la misiva.
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos ha identificado a Doe Run con un bajo récord ambiental, multándola y obligándola a cumplir estándares ambientales. El 2010, Doe Run se comprometió en pagar $65 millones de dólares por violar las leyes ambientales, así como $7 millones de dólares como reparación civil para remediar la contaminación medioambiental. Por estas razones, la fundición de Doe Run en Herculanem, cerrará sus instalaciones a finales del 2013”, dice la carta.
“Como es el caso en los Estados Unidos, Doe Run Perú tiene la capacidad para proporcionar puestos de trabajo en sus operaciones mientras se hace tan poco con las tecnologías de control de la contaminación que se necesita para proteger la salud pública y el medio ambiente en La Oroya”, señala la carta.
El congresista conoce de cerca la situación de las personas contaminadas por plomo en Herculaneum, un pueblo de 2,800 personas, ubicado junto al río Mississippi en EE.UU. que al igual que La Oroya, ha sido golpeado por la emisión de plomo durante décadas, hasta que en el año 2000 la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Recursos Naturales de Missouri emitieron una orden exigiéndole a Doe Run la instalación de nuevos controles de contaminación y la limpieza de los patios de las casas que presentaban niveles de plomo por encima de los estándares de la EPA. La empresa tuvo que pagar una millonaria indemnización a dieciséis personas impactadas por el plomo.
En tanto en el país, la presentación del cuarto plan de restructuración por parte de la empresa Doe Run, pone en el escenario la posibilidad de que la Junta de Acreedores no liquide a la empresa y que el Complejo Metalúrgico de La Oroya siga a cargo de una de las empresas más cuestionadas del país por sus incumplimientos ambientales, según la Plataforma La Oroya por un Cambio.
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