La Directora Regional de Salud de Ayacucho, María Torrealba, confirmó la existencia de un caso de lepra en la comunidad de Chuviviana en el distrito ayacuchano de Sivia, en el valle de los ríos Apurimac y Ene, VRAE, e informó sobre otros dos pacientes que también tendrían esta enfermedad, los cuales aún están en evaluación. Se trataría del primer caso de lepra registrado en Ayacucho, y a fin de prevenir la propagación de esta enfermedad se han iniciado las capacitaciones respectivas al personal de salud del VRAE.
María Torrealba precisó que, gracias a una serie de evaluaciones realizadas en el Hospital Alcides Carrión de Lima, lograron confirmar el primer caso de lepra en Ayacucho. «El paciente es un hombre de aproximadamente 60 años, quién vivía desde hace diez años con esta enfermedad creyendo que padecía de uta», agregó.
“El paciente, quién se encuentra en proceso de tratamiento, presentaba las síntomas de la lepra desde hace diez años. Sin embargo, él creyó que se trataba de la enfermedad de la uta que usualmente se presenta en lugares tropicales como el VRAE”, afirmó la directora regional de Salud de Ayacucho.
Hay otros tres casos en evaluación en Huanta
Además, informó que se han reportado otros cinco casos sospechosos, dos de ellos en Sivia y los otros tres en comunidades ubicadas en la provincia de Huanta.
La funcionaria aclaró que la transmisión de esta enfermedad es de persona a persona por un contacto directo y prolongado, calculado en aproximadamente entre tres y cinco años.
Señaló que como forma de prevención se debe evitar el contacto físico cercano con personas que tengan lepra y que no hayan sido sometidas a tratamiento.
Torrealba confirmó que un equipo de profesionales calificados del Ministerio de Salud, conjuntamente con los de la Dirección Regional de la Salud, se encuentra en el distrito de Sivia realizando capacitaciones al personal de salud del VRAE a fin de que tengan mejores herramientas para identificar oportunamente los casos y someterlos a un adecuado tratamiento.
Cabe recordar que históricamente se creyó que la lepra era una enfermedad incurable y vergonzante, al punto que en algunos países se realizó la exclusión sistemática de los leprosos y su reagrupamiento en leproserías.