Casi tres mil ciudadanos se movilizaron esta mañana para pedir la libertad de los ocho campesinos detenidos en el penal de alta seguridad de Yanamilla, a los que se les vincula con el atentado que en diciembre pasado cobró la vida de cinco policías en la zona del valle del río Apurimac y Ene (VRAE).
Sin generar incidentes, los ayacuchanos partieron desde la Casa del Maestro, y la Plaza María Parado de Bellido, desfilando por las principales calles y avenidas de la ciudad hasta congregarse en la plaza de armas de Huamanga. Allí, frente a la Prefectura, exigieron la libertad de los encarcelados, les expresaron su solidaridad, y también pidieron se respete el debido proceso.
Participaron todas las organizaciones que conforman el Frente de Defensa del Pueblo de ayacucho, así como sindicatos de entidades públicas, representantes del sector empresarial, incluyendo la Cámara de Comercio y Turismo, así como de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza y centenares de comuneros de Chaca.
El alcalde provincial, Germán Martinelli, la doctora Clelia Gálvez, coordinadora de la Mesa de Concertación, el representante de la Defensoría del Pueblo en Huamanga, Jorge Fernández Mavila, el presidente del Frente de Defensa, Darío Ventura, y el Comisionado Adjunto para la Paz y el Desarrollo, Carlos Condori, sintetizaron el sentir de la población: Ayacucho requiere paz, ya no debe permitirse más violencia, debe rechazarse todo lo que provenga del terrorismo y el narcotráfico. Los verdaderos culpables del atentado tienen que ser castigados. El poder judicial debe dar celeridad al proceso.
Posteriormente, una delegación se entrevistó con el presidente de la Corte Superior de Ayacucho, doctor Manuel Córdova Ramos, indagando por el respeto a los derechos de los detenidos.
Entre tanto, el centenar de comuneros de Chaca, instalados precariamente en la plaza de armas de huamanga, recibió muestras de apoyo de parte de los comerciantes y público en general, que contribuyeron con víveres y frazadas. Cabe resaltar que continúa la huelga de hambre siete familiares de los campesinos, frente al local de Corte Superior de Ayacucho.