Michel Azcueta, presidente de la Escuela Mayor de Gestión Municipal, destacó el logro alcanzado en la capacitación para el desarrollo de 194 comunidades rurales de Huánuco y Ucayali, de las que 160 lograron –al culminar el curso- presentar planes viables que contarán con el apoyo del Programa de Desarrollo Alternativo (PDA) para su ejecución en dichas zonas cocaleras.
“Ha sido un éxito, los planes de desarrollo –presentados por los participantes- son muy concretos, con responsabilidades, capacitación y financiamiento, coordiando con el gobierno local, regional y los niveles empresariales de la zona”, explicó.
Azcueta reconoció los avances alcanzados, y sobre todo las oportunidades que se abren para muchos pobladores de la zona. “Cada comunidad ha elegido un eje productivo principal, ese es el método, no pensar en 20 mil cosas y no llegar a nada. Pero para eso hay que unir fuerzas. Hay que construir el mapa de la riqueza”, insistió.
El ex alcalde del distrito limeño de Villa El Salvador destacó la importancia de que la propia población empiece a creer que es ella misma capaz de producir un cambio positivo en sus vidas y mejorar su desarrollo, dejando de lado el pensamiento asistencialista y la percepción de que son pobres e incapaces.
“Hace falta que el conjunto –de la sociedad- nos animen a ello. A veces hay una metodología, la del mapa de la pobreza, que hunde más a los pobres, que les hace creer que son capaces de nada”, agregó el ex alcalde limeño de Villa El Salvador.
Dijo que conscientemente en el Perú permanentemente hablamos de lo malo o lo intrascendente. Sin embargo, hay muchas experiencias positivas en cada pueblo, a nivel personal, social, personal, de hombres y mujeres. “Hay cosas muy importantes, como los planes de desarrollo, que el pueblo debe conocer y reflexionar”, destacó.
Por otra parte, afirmó que lamentablemente en el Perú se vive una debilidad institucional que impulsa más los regionalismos que una visión nacional. Sin embargo, una democracia fuerte se basa en partidos políticos nacionales fuertes. Por eso es necesario comprometerse con el desarrollo democrático del país.
“Cuando hay instituciones fuertes, a todo nivel, se sale adelante. En el Perú llevamos tres décadas muy malas en este punto: no creemos ni en el Congreso, el Poder Judicial, las leyes y los partidos. Solo creemos en los caudillos como las personas salvadoras. Y eso no existe”, explicó.
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